(fuente desconocida)
ABOBÓ
"Exclamación ritual que marca el final de los cantos radá y expresa el entusiasmo religioso. Es acompañada a veces por el ruido que produce el choque de las manos con los labios".
Sirve para dar inicio a una ceremonia o a un canto y raras veces se produce aquí el ruido que produce el choque de las manos con los labios.
También se produce en los ritos petró.
ACASÁN
Comida preparada a base del líquido de apariencia láctea que se obtiene al moler el maíz. Según otros se confecciona con la fécula de la yuca, leche y azúcar.
ACRA
Buñuelo hecho de harina de yuca o de malanga.
AGAÚ
Genio de la tempestad y el trueno.
AGÜÉ-TAROYO
Genio del mar.
AÏDA O AGIDA WÉDO
Esposa de Damballah Wédo.
ARBE REPOSUÁ ( ARBRE REPOSOIR)
Árbol sagrado donde descansan los luases o santos del vodú. Se encuentra, generalmente, en el patio o en algún lugar del exterior de la casa de vivienda del hungán. Por constituir la "casa" de una o varias divinidades vodú recibe ofrendas y libaciones. En algunos lugares es vestido con ropas o cintas con los colores simbólicos de uno o varios luases que lo habitan.
ASSOTOR O ASSOTÓ
El mayor de los tambores sagrados del vodú.
AVREQUETÉ
Loa que preside los fenómenos celestes.
AYISÁN
Esposa de Papá Legbá.
BAKÁ
Genio maligno que manipulan los brujos voduistas. Espíritu perverso de forma humana y ojos rojos.
BANDÁ
Danza erótica que jecutan los guedé.
BAQUET
Término con que nuestros informantes designan a los palitos rústicos empleados para percutir los tambores.
BAS
Tambor que integra la batería radá.
BATERÍ
Término que designa en Haití los tambores de la orquesta.
BAUTIZO
Iniciación voduista.
BICHÉ
Cesta tejida con fibras vegetales con que se avientan diferentes granos. Es empleada para depositar las cartas con que los oficiantes realizan actos de adivinación.
BIZANGO
Perro nocturno que busca víctimas para devorarlas.
BOCCOR(BOKÓ)
En Haití designa generalmente al hungán asociado con la magia negra o hechicería. En los asentamientos cubano-haitianos estudiados, este término sirve para denominar al que dirige las ceremonias voduistas. Sinónimos: sacerdote voduista, divinó.
BOMBÓN
Dulce confeccionado a base de harina, anís estrellado vainilla, canela, manteca y mantequilla. Se le ofrenda a luases como la Santa Blanca, los ángeles y a los Masá.
BON DIEU
Dios
BOULÉ-ZINE
Rito de cierre de la ceremonia de iniciación.
BUÁ-LA-FAMÍ
Palo consagrado que simboliza la fortaleza de una societé voduista.
CABALLO
Médium, servidor de los luases o misterios.
CAI
Del créole caye. Palabra que designa la casa. En ocasiones se coloca después del nombre de un lúa para significar que no es silvestre, sino doméstico. Así, Ogún-cai significa Ogún de la casa.
CAI-MISTÉ (CAYE-MYSTÈRE)
Equivale a casa de los espíritus o luases. Sinónimos: hounfort o santuario voduista.
CATOVÁ
Ver table.
CEREMONÍ
Ceremonia o fiesta mediante la que se les rinde tributo a las divinidades del panteón voduista. Sinónimos: manyé-luá, serví-luá, bembé o fiesta de santo.
COCH-PIE
Piedra de gran tamaño que descansa en el altar y que representa a un lúa determinado.
CONGÓ AZUECÁ
Nombre dado en Haití a Obbá Lomí.
CONGO-GUINEA
Equivalente al culto petró.
CUVET
Servilleta blanca utilizada para depositar las ofrendas dedicadas a los luases.
CHEVAL O CHUAL
Caballo, persona con capacidad para servir de cabalgadura a un loa. Persona poseída por un loa.
DECUPÉ
El más pequeño de los cuatro tambores que integran la batería rada. Sinónimos: sugón, sécond, guedé, segundo.
DEMÓN
Espíritu masculino que se transforma en animal.
DIEU
Dios.
DIVINÓ, DIVINÉ
En Haití estas voces designan al houngán o hungán o a la mambó especializados en la adivinación. En Cuba, a la persona que ofrece "caridad" delante del altar, cura enfermos, descubre a primera vista las causas y la naturaleza de un mal, sea físico o espiritual, e indica cómo remediarlo. El arte o la ciencia del divinó se considera una gracia concedida por Dios. Sinónimos: hungán, boccor, adivino, sacerdote.
DJAB (DIABLE)
Demonio, ser feroz y despiadado.
DOCTEUR-FEUILLE
Ver hungán.
DOSSÁ-DOSSÚ
Hijo o hija nacida después de los Mellizos.
ESCORTE
Voz francesa que designa a un grupo de loas afines que acompañan a otro de mayor jerarquía.
FEMME-FEUILLE
Ver mambó.
FIESTA
Servicio, celebración litúrgica.
FIESTA DE CUMPLIMIENTO
Servicio pactado con un luá.
FIESTA DE LA FAMILIA
Servicios con que se honra a luases de una cofradía voduista.
FUET-CACHÉ
Látigo ritual.
GUEDÉ
Nombre de un loa.
GUEDÉ
Familia de genios de la procreación y la muerte.
GUINEA
África, país mítico ubicado en lo intrincado del monte.
HERMANDAD DE SANTOS
Loas que trabajan juntos.
HIJO DE ALTAR
Iniciado.
HUNFÓ(HOUNFORT)
Centros religiosos donde se ejecuta parte de las ceremonias dedicadas a los luases. Se encuentra ubicado cerca de la casa de vivienda del hungán. Nuestros informantes nos proporcionaron dos sinónimos en créole: cai-lesen y cai-te- divinó y en español: templo y casa de los misterios.
HUNGÁN(HOUNGÁN)
Sacerdote principal del culto voduista. En Cuba se emplea este término para designar a aquella persona que asegura la unión o el vínculo entre las divinidades y los hombres, como una especie de intermediario. La persona que ejerce este oficio goza de gran prestigio en la comunidad y se le respeta mucho. Sinónimo: divinó.
HUNSÍ (HOUNSI)
Mujer u hombre iniciado en el vodú y que generalmente ayuda al hungán o a la mambó en las ceremonias. Con frecuencia desempeñan, además, otras labores, como mantener el orden y la limpieza del templo y preparar las ofrendas consagradas a los luases. Sinónimos: ayudante, asistente, recadero.
KIMANGA
Bebida ritual hecha con aguardiente y, principalmente, picante.
LA-PLACE
Maestro de ceremonia
LEGUEDÉ
Es el segundo tambor de la batería radá. Se caracteriza por ser de tamaño mediano.
LIQUÉ
Bebida melosa, no alcoholizada, que se le ofrece a luases susceptibles, como Ercilí.
LOA
Ver lúa.
LOA CABECILLA
Aquel que es centro de un grupo de luases afines.
LÚA
Nuestros informantes pronuncian indistintamente loa o lúa. Designa al espíritu, ser sobrenatural, principal objeto de culto en la religión voduista. Sinónimos: santo, misterio.
LUÁ BLANCHE
Luases acuáticos del vodú radá.
LUÁ-RACINE
"Espíritu ancestral heredado por una familia". Es por naturaleza heredable; a este tipo de seres no se les realiza el ritual de la iniciación.
LU-GARÚ (LOUP-GAROUP)
Espíritu humano que adquiere forma de vampiro.
LUGÁN
Ser demoníaco.
LUTÍN
Espíritu de una persona que fallece sin bautizarse.
MAGIE
Magia negra, hechura con carácter de hechicería.
MAÍ-MULÉ
Literalmente en créole, maíz. molido.
MAIT-TÊTE
Loa dueño de la cabeza de alguien.
MAMÁLUÁ( MAMÁ LOIS )
Mambó.
MAMÁ-TAMBÚ
Término con que nuestros informantes designan al mayor de los tambores de la batería radá. Es percutido generalmente por una sola persona y alrededor suyo se baila. Lo consideran la casa de un luá y, por ello, en determinadas ocasiones lo visten y adornan. Sinónimos: tamba vodú, assotó.
MAMBÓ
Mujer que realiza las mismas funciones del hungán. Sinónimos: diviné, sacerdotisa voduista.
MAMBÓ-FEI
Sacerdotisa.
MAN FESTÉ
Espíritu perturbador. Según algunos, es un luá.
MANYÉ (MANGER)
Palabra que literalmente significa en créole comida. Designa a un tipo especial de ofrendas: el alimento consagrado a los luases. "Ofrendas alimentarias". Comida ritual.
MANYÉ-BLANCHE
Servicio dirigido a los loas acuáticos.
MANYÉ-GUINÉ
Ofrendas alimentarias propias de los luases radá.
MANYÉ-LUÁ
Término que designa en créole las ofrendas consagradas a los loas. Por extensión, ceremonia o fiestas en que se da de comer a estos espíritus. Sólo pueden ofrecérseles a aquellas divinidades que se han posesionado o que son dueñas de la cabeza de determinadas personas. Sinónimos: comida de santo, serví-luá.
MANYÉ-MO (MANGER-MORT)
Literalmente, comida de muertos.
MAPÚ ( MAPOU )
Árbol misterioso donde se reúnen los espíritus malignos.
MARASSÁ
Ver Masa.
MARASSÁ-GUININ
Loa del vodú radá
MASÁ
Pareja de genios protectores de los Mellizos o Gemelos.
MATRIMONIO MÍSTICO
Desposorios rituales de una persona con un luá.
MISTÉ O MYSTÉRE
Loa, espíritu, genio.
MOK
Pequeña copa hecha de madera dura empleada para sorber bebidas rituales durante las ceremonias.
NANCHÓN
Familia étnica de los luases.
NANCHÓN-DAHOMÉ
Comprende los luases de origen yoruba, mahí y amina.
NANCHÓN-IBÓ
Grupo étnico de luases asociados al vodú petró.
OGÁN
Instrumento musical.
OGÚN BALENDJÓ O BALENYÓ
En el norte de Haití este Ogún devino en san Jacobo el Mayor o Santiago Apóstol.
PA-FOR
Designa a los sacerdotes voduistas no reconocidos como buenos oficiantes del culto, o sea, aquellos que no poseen la fuerza indispensable para "trabajarlo" con éxito.
PAPALUÁ (PAPALOIS)
Hungán o boccor.
PE
Altar donde se colocan las ofrendas, vasijas y demás objetos del culto vodú, así como las piedras con las que se representan a los luases y los atributos y demás accesorios empleados por los oficiantes.
PERISTIL
Especie de salón o cobertizo cubierto con un techo generalmente de pencas de coco o de palma, sin paredes a los costados, en el que se ejecutan las danzas, los sacrificios y otras manifestaciones del culto voduista. Sinónimo: enramada.
PETRÓ
Nombre de un luá.
PETRÓ
Dentro de esta denominación se agrupan los luases provenientes del África Central, por lo que suele designársele como el panteón congo-guineano. Este calificativo se le aplica a las divinidades de naturaleza maligna, de extrema dureza y violencia, con oposición a los luases cuyos ritos y tradiciones son comúnmente catalogados como dahomeyanos o radá, más suaves y benignos.
PITÍ-FEI
En sentido literal "hijo de hojas". Denomina al hijo de santo (pití-sen) o hijo de altar, o sea, a la persona iniciada en la religión voduista.
POTÓ TONEL O TONEL MARÉ
Con estas dos palabras nuestros informantes designan al poste central u objeto sagrado situado en el centro del peristil y cuya función es la de servir de "camino de los espíritus" , esto es, permitir que ellos se presenten en el lugar donde se les está convocando. Sinónimo: potó-mitán o poste central.
PRET´ SAVANE
Sacerdote de manigua situado por debajo del hungán.
PRISE D´ASSÓN
Rito de ascenso jerárquico de un voduista.
PUINS
Magia con fin antisocial.
RADÁ
Este nombre es derivación de Aliada, ciudad dahomeyana. Nación o familia de luases y ritual que se realiza a esta categoría de espíritus benévolos.
REVENANT
Espíritu de perturbación.
RICORDE
Flauta de madera.
RITO NAGÓ
El propio de los luases yorubas.
SANTO
Loa, misterio, vodú.
SANTO GUÍA
Ver loa cabecilla.
SANTOS SILVESTRES
Luases no domesticados que viven en la naturaleza.
SÉCOND
Tambor mediano de la batería radá.
SERVÍ O SERVÍ-LUÁ
Ceremonia en honor a las divinidades del vodú. Sinónimo de manyé-luá o fiesta propia de esta religión.
SERVICE-PETRÓ
Ceremonia de los luases petró.
SERVIDOR DE MISTERIOS
Sacerdote.
SOCIETÉ HUNFÓ
Sociedad de servidores de los loas.
TABLE
Altar situado en el interior de la casa de los misterios, donde se coloca una vela.
TABLE SEN
Término con que nuestros informantes designan en créole al altar. Sinónimo; peguen.
TAFIÁ
Término que designa en créole el aguardiente de caña. Se le ofrece sólo a los luases guerreros, como los Ibó o los Congo. También clarín (clerén).
TAMBUGUÉ
Pandereta integrante de la batería radá.
TIFEI
Bebida alcohólica muy fuerte resultante de la maceración y añejamiento del aguardiente de caña en un recipiente de vidrio en el que se deposita una variedad muy grande de raíces y hojas. Sinónimos: yerbita, hojita.
TRIYÁN
Término que designa la parte metálica (guataca) o pala de la azada que se emplea como instrumento musical en las orquestas que acompañan las fiestas o ceremonias del vodú.
TÚNNEL O TONEL
Enramada.
UANGA
Palabra africana que designa un objeto material usado por un brujo para hacer daño. Fetiche, talismán, amuleto.
VEL LIMIÉ
Literalmente vela encendida, la cual se coloca en diversos lugares como encima de la mesa que hace las veces de altar; al lado del poste central o de las ofrendas; al pie de una hoguera o en la entrada principal o portería.
VÉVÉ
Dibujo ritual que representa a un lúa y con cuyo trazado se le convoca a concurrir a determinado rito o ceremonia. Se "corta" con harina de maíz, borra de café, polvo de ladrillo o ajonjolí.
VODÚ
En la lengua de la etnia Fon del antiguo Dahomey, vodún designaba el espíritu, así como en lengua ewe, vodú tenía el mismo significado. Esta palabra es escrita de muy diversas maneras: vaudou, vodoo, voodoo, entre otras. Actualmente designa la religión nacional popular de Haití, esto es, un heterogéneo complejo de creencias y prácticas asociadas al fenómeno de la posesión y culto de seres sobrenaturales o luases, los espíritus de los difuntos o a un ser trascendente al que los haitianos denominan Bon Dieu. En el panteón voduista se agrupan las divinidades de origen dahomeyano, bantú y yorubas, entre otras no menos relevantes. Lúa, misterio.
VOYÉ-MORT
Envío de un muerto para perjudicar a una persona.
YANVALÚ
Danza de origen dahomeyano.
ZANGE
Los ángeles, sinónimo de loa o misterio.
ZOBOP (ZEABEAUP)
Asociación de servidores de los baká. Espíritu que devora a las personas.
ZOMBI
Loa de la familia de los guedé.
ZOMBI
Individuo a quien, mediante un acto de brujería, le ha sido retirada el alma y, en consecuencia, se ha convertido en un esclavo. Por eso existe la idea de que es una suerte de muerto viviente o mort- vivant .
Pou okan, djedje hum wa! Agoe! Pou okan, djedje hum wa! Agoe! Pou okan, djedje hum wa! Agoe! Aibobo
miércoles, 6 de octubre de 2010
Vocabulario vudu
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OFRENDAS: COMIDAS Y BEBIDAS
(FUENTE DESCONOCIDA)
Introducción
Las comidas y bebidas en la práctica voduista son de tal importancia que, sin ellas, verdaderamente, no hay culto.
Cada loa se distingue no sólo por sus rasgos de carácter y sus actuaciones, sino asimismo por sus gustos y preferencias: Ercilí está indisolublemente asociada a la pareja de palomas blancas y a los peces fritos en aceite, así como a los dulces finos, al merengue y al liqué. A casi todos los Ogún se les relaciona con la ingestión desmesurada de bebidas alcohólicas y, a los luases diablos, con el sacrificio de verracos, signo inequívoco de su poder bestial.
Los santos "comen" como los hombres, se alimentan con la sangre y otras partes ofrendables de los animales y demás alimentos que se les entregan en las ceremonias conocidas, muy significativamente, con el nombre de manyé-luá.
Las ofrendas constituyen la materialización de la relación contractual establecida entre la divinidad y su caballo: ésto se las ofrece en pago a los servicios recibidos, al bienestar alcanzado y, en síntesis, a la labor realizada por aquélla en un período.
También, esperando buenos frutos como resultado de su actuación futura. Cuando el lúa no recibe lo que se le ofreció en recompensa por sus trabajos, se venga de su "hijo" de diversas maneras. De modo que el equilibrio en la relación servidor/luá se logra a base del cumplimiento de los "sacrificios" pactados entre uno y otro.
La ofrenda, en efecto, constituye un claro indicador de la relación mencionada. Si un lúa rechaza una comida, es una señal de que algo ha quedado mal y que la divinidad está disgustada. Todo debe disponerse en el manyé de modo riguroso de lo contrario se producirán reacciones negativas como la apuntada. Cuando Ercilí no se posesiona de su caballo es porque manifiesta ese rechazo y entonces deberá repetírsele la ceremonia, habitualmente al año siguiente.
Existen animales tabúes en las comidas de los santos; entre ellos cabe mencionar el pato, el pavo y la jicotea, entre otros. Los más recurrentes son el chivo, el cerdo y las aves como el gallo, la gallina y la paloma.
Los cigarrillos únicamente les son ofrendados a Ercilí, mientras que la mayoría de los luases fuman tabacos, en especial los miembros de la familia de los Ogún. Por último, tanto el agua como el café suelen colocarse en el altar en recipientes en número de dos; por lo general, en uno se pone café amargo y en el otro café normal, y se procede de idéntico modo con el agua.
Comidas
Manyé-Masá o comida de los Jimaguas
Resulta una de las comidas más ricas y atractivas de la cocina haitiano-cubana, por la calidad y por la forma de ingerirse. En su confección se incluye una pareja de pollos de color "jabao" y también puede incluirse un chivo. Una vez aliñada su carne, se sofríe en aceite y, concluido el sofrito, se traslada a otro recipiente que contenga una medida de agua. Se le añaden diversos tipos de frijoles y de viandas, además de especies, cebolla, ají y yerba mora, entre otros ingredientes. Finalmente, arroz o harina de maíz. Al terminarse de cocinar, queda como una especie de arroz con pollo, de agradable sabor.
Esta comida se sirve en pedazos de hojas de platanero y su ingestión es realizada por los comensales sin emplear cubiertos. Entre las prescripciones que se establecen para ella se destaca la de que los huesos no pueden caer en el suelo, sino que tienen que ser depositados en un recipiente.
Comida a Legbá
Se cava un orificio en la tierra en cuyo fondo se le echa carbón y luego se enciende. En este improvisado fogón se pone a asar un pollo atravesado con una púa —como si fuese un cerdo—, ave a la cual se le han quitado las plumas, las vísceras, la cabeza y las patas. El animal es adobado con diversas especies y mucho picante. Cuando se termina el asado, se echan al fuego diversas viandas (boniato, plátano y ñame), todas sin pelar. Luego se extraen de él y se depositan en hojas de platanero, junto con la carne desmenuzada del pollo. Los comensales cogen con las manos la cena ritual para ingerirla sentados alrededor del improvisado fogón. La forma más habitual de comerla es depositándola en una jicara o recipiente de güira cimarrona, la cual el oficiante ofrece a cada uno de los participantes para que cada quien extraiga una pequeña porción del alimento ritual.
Manyé-blanche o comida de santo blanco
Lo fundamental en esta comida son los platos que contienen las carnes de las aves de plumaje blanco sacrificadas para obsequiar al loa blanche, conjunto de dioses acuáticos donde sobresalen la pareja integrada por Ercilí y Ogún. No pueden faltar peces fritos en aceite, arroz blanco y una variedad muy grande de dulces, entre los que se destacan el cake y el merengue. Hay informantes que dicen que se incluyen también numerosos tipos de frutas.
Se cava un orificio en la tierra en cuyo fondo se le echa carbón y luego se enciende. En este improvisado fogón se pone a asar un pollo atravesado con una púa —como si fuese un cerdo—, ave a la cual se le han quitado las plumas, las vísceras, la cabeza y las patas. El animal es adobado con diversas especies y mucho picante. Cuando se termina el asado, se echan al fuego diversas viandas (boniato, plátano y ñame), todas sin pelar. Luego se extraen de él y se depositan en hojas de platanero, junto con la carne desmenuzada del pollo. Los comensales cogen con las manos la cena ritual para ingerirla sentados alrededor del improvisado fogón. La forma más habitual de comerla es depositándola en una jicara o recipiente de güira cimarrona, la cual el oficiante ofrece a cada uno de los participantes para que cada quien extraiga una pequeña porción del alimento ritual.
Manyé-blanche o comida de santo blanco
Lo fundamental en esta comida son los platos que contienen las carnes de las aves de plumaje blanco sacrificadas para obsequiar al loa blanche, conjunto de dioses acuáticos donde sobresalen la pareja integrada por Ercilí y Ogún. No pueden faltar peces fritos en aceite, arroz blanco y una variedad muy grande de dulces, entre los que se destacan el cake y el merengue. Hay informantes que dicen que se incluyen también numerosos tipos de frutas.
Manyé-mort o comida de muertos
Se trata de una comida dedicada a los espíritus de los fallecidos que pertenecían a la familia que les realiza este "cumplimiento", aunque también se le dedica a todos los muertos que quieran acudir a ella. Los alimentos se preparan algunos días antes de la fecha fijada. Se mata, por ejemplo, un cerdo cuyas cuatro patas y cabeza se ponen a curar con un tiempo prudencial de antelación. Luego a esa carne se le echa quimbombó y otras viandas, se pilan juntas y se hace como una especie de fufú, que es colocado en el altar o mesa donde se realiza la ceremonia, junto con otros alimentos, dulces, licor y ron.
En Barrancas algunos informantes aseguran que esta comida se ofrece en una misa que tiene la finalidad de hacer que los espíritus no lo abandonen a uno y contribuya a traer la tranquilidad y el bienestar. En ella se incluyen un fricasé de cualquier animal, aunque puede prepararse un asado, viandas también asadas y tabaco, licor, velas y perfume. Todas estas ofrendas son colocadas en un altar donde se reza y se canta.
Calalú
En La Caridad y Barrancas ofrecen recetas diferentes de esta comida. En la primera se afirma que su confección se realiza del modo siguiente: se pone a hervir una porción de cerdo salado (orejas y rabo) y luego se saca de la candela y se bate junto con el quimbombó, también hervido. Vuelve a ponerse a cocinar y se hace aparte un fricasé de pollo que se agrega a lo primero que se cocinó. A la masa resultante de esa unión se le denomina calalú.
En Barracas atestiguan que ésta es una comida básicamente hecha de vegetal, aunque puede acompañarse con el fricase de pollo. Al quimbombó se le cortan los extremos, se echa en una cazuela que contiene agua, especias, cebolla, ajo, tomate,y sal y se coloca en el fogón. Cuando se cocina, queda un compuesto que se puede ingerir empleando la cuchara o las manos. En la segunda variante, la masa anterior se une al fricase de pollo.
Hay informantes que afirman que el calalú puede ser acompañado con bolas de un fufú hecho a base de diversas viandas hervidas (boniato, plátano, malanga, ñame, calabaza, etc.), aquellas son colocadas en recipientes aparte, de los cuales se extraen para impregnarlas en calalú. Por último, hay una mesa con platos de arroz y potaje.
Bobobi
Especie de torta resultante de la cocción del grano fino extraído de la yuca rallada. Ésta se introduce en un paño que es sometido a presiones para hacer que de la masa se extraiga almidón. Los granos gruesos se desechan y el resto se deposita en un caldero cuyo interior ha sido embarrado con grasa para evitar que la masa, a la que se le añade sal, se pegue. El tiempo de cocción es de quince minutos. Transcurridos éstos se vira el contenido del caldero en otro recipiente. Hay personas que afirman que esta torta se ingiere con salsa y chivo con mucho picante. La mayoría opina que es un alimento para acompañar el plato fuerte de cualquier comida.
Mai mulé o maíz molido
El maíz mulé se hace con los granos de mazorcas de maíz seco, los cuales se muelen en molinos domésticos a fin de extraer un grano grueso empleado como sustituto del arroz. Para confeccionarlo se pone a cocer en agua, a la cual se le añaden sal y especias. Este "arroz de cabecilla" se emplea en las fiestas de santos, se puede servir de acompañante del potaje o hacerse en forma de congrí.
Pitimi
Especie de arroz hecho a base de granos de mijo o millo. Aunque se mezcla con otros ingredientes, para nuestro gusto no deja de tener este "arroz" un sabor amargo.
Tons - tons
Equivale al fufú de plátano cubano. Se emplean en su confección todo tipo de viandas que, después de cocidas, se introducen en un pilón donde se pilan como si fuese café. Con la masa restante se hacen bolas o pequeñas pelotas, que se introducen en la salsa o en el calalú para ingerirse como rico manjar.
Dulces
Bombón
Especie de panecillo muy parecido al antiguo pan de gloria -aunque puede adquirir diversas formas y tamaños- que constituye una de las excelencias de la repostería de origen haitiano. Se confecciona a base de harina de trigo, a la que se le añade vainilla, anís estrellado, canela, manteca y mantequilla: la masa resultante de la mezcla de todos estos elementos se bate con una espumadera hasta ponerla lo más espesa posible. Luego se derrama en moldes de los tamaños deseados y se pone a hornear en un horno de fabricación casera. Se tiene el cuidado de observar si los panecillos se han cocinado y, para comprobarlo, se pinchan o tocan periódicamente. Realmente resulta de todo esto un dulce exquisito.
Algunos informantes apuntan que hay otro tipo de bombón: el bombón macué, hecho con harina de yuca, que se envuelve en hojas de plátano machacadas y se lleva a una sartén engrasada donde se hornea a fuego lento.
En Barrancas nos hablaron de otro tipo de esto dulce, uno que se consume en Semana Santa, hecho a base de harina de castilla, azúcar blanca, anís estrellado, canela y nuez moscada, ingredientes que sirven para preparar una masa con la cual se procede de la forma descrita. Pero a diferencia del bombón mencionado al principio, aquí primero se obtiene el almíbar con que se amasa la otra mezcla.
Se trata de una comida dedicada a los espíritus de los fallecidos que pertenecían a la familia que les realiza este "cumplimiento", aunque también se le dedica a todos los muertos que quieran acudir a ella. Los alimentos se preparan algunos días antes de la fecha fijada. Se mata, por ejemplo, un cerdo cuyas cuatro patas y cabeza se ponen a curar con un tiempo prudencial de antelación. Luego a esa carne se le echa quimbombó y otras viandas, se pilan juntas y se hace como una especie de fufú, que es colocado en el altar o mesa donde se realiza la ceremonia, junto con otros alimentos, dulces, licor y ron.
En Barrancas algunos informantes aseguran que esta comida se ofrece en una misa que tiene la finalidad de hacer que los espíritus no lo abandonen a uno y contribuya a traer la tranquilidad y el bienestar. En ella se incluyen un fricasé de cualquier animal, aunque puede prepararse un asado, viandas también asadas y tabaco, licor, velas y perfume. Todas estas ofrendas son colocadas en un altar donde se reza y se canta.
Calalú
En La Caridad y Barrancas ofrecen recetas diferentes de esta comida. En la primera se afirma que su confección se realiza del modo siguiente: se pone a hervir una porción de cerdo salado (orejas y rabo) y luego se saca de la candela y se bate junto con el quimbombó, también hervido. Vuelve a ponerse a cocinar y se hace aparte un fricasé de pollo que se agrega a lo primero que se cocinó. A la masa resultante de esa unión se le denomina calalú.
En Barracas atestiguan que ésta es una comida básicamente hecha de vegetal, aunque puede acompañarse con el fricase de pollo. Al quimbombó se le cortan los extremos, se echa en una cazuela que contiene agua, especias, cebolla, ajo, tomate,y sal y se coloca en el fogón. Cuando se cocina, queda un compuesto que se puede ingerir empleando la cuchara o las manos. En la segunda variante, la masa anterior se une al fricase de pollo.
Hay informantes que afirman que el calalú puede ser acompañado con bolas de un fufú hecho a base de diversas viandas hervidas (boniato, plátano, malanga, ñame, calabaza, etc.), aquellas son colocadas en recipientes aparte, de los cuales se extraen para impregnarlas en calalú. Por último, hay una mesa con platos de arroz y potaje.
Bobobi
Especie de torta resultante de la cocción del grano fino extraído de la yuca rallada. Ésta se introduce en un paño que es sometido a presiones para hacer que de la masa se extraiga almidón. Los granos gruesos se desechan y el resto se deposita en un caldero cuyo interior ha sido embarrado con grasa para evitar que la masa, a la que se le añade sal, se pegue. El tiempo de cocción es de quince minutos. Transcurridos éstos se vira el contenido del caldero en otro recipiente. Hay personas que afirman que esta torta se ingiere con salsa y chivo con mucho picante. La mayoría opina que es un alimento para acompañar el plato fuerte de cualquier comida.
Mai mulé o maíz molido
El maíz mulé se hace con los granos de mazorcas de maíz seco, los cuales se muelen en molinos domésticos a fin de extraer un grano grueso empleado como sustituto del arroz. Para confeccionarlo se pone a cocer en agua, a la cual se le añaden sal y especias. Este "arroz de cabecilla" se emplea en las fiestas de santos, se puede servir de acompañante del potaje o hacerse en forma de congrí.
Pitimi
Especie de arroz hecho a base de granos de mijo o millo. Aunque se mezcla con otros ingredientes, para nuestro gusto no deja de tener este "arroz" un sabor amargo.
Tons - tons
Equivale al fufú de plátano cubano. Se emplean en su confección todo tipo de viandas que, después de cocidas, se introducen en un pilón donde se pilan como si fuese café. Con la masa restante se hacen bolas o pequeñas pelotas, que se introducen en la salsa o en el calalú para ingerirse como rico manjar.
Dulces
Bombón
Especie de panecillo muy parecido al antiguo pan de gloria -aunque puede adquirir diversas formas y tamaños- que constituye una de las excelencias de la repostería de origen haitiano. Se confecciona a base de harina de trigo, a la que se le añade vainilla, anís estrellado, canela, manteca y mantequilla: la masa resultante de la mezcla de todos estos elementos se bate con una espumadera hasta ponerla lo más espesa posible. Luego se derrama en moldes de los tamaños deseados y se pone a hornear en un horno de fabricación casera. Se tiene el cuidado de observar si los panecillos se han cocinado y, para comprobarlo, se pinchan o tocan periódicamente. Realmente resulta de todo esto un dulce exquisito.
Algunos informantes apuntan que hay otro tipo de bombón: el bombón macué, hecho con harina de yuca, que se envuelve en hojas de plátano machacadas y se lleva a una sartén engrasada donde se hornea a fuego lento.
En Barrancas nos hablaron de otro tipo de esto dulce, uno que se consume en Semana Santa, hecho a base de harina de castilla, azúcar blanca, anís estrellado, canela y nuez moscada, ingredientes que sirven para preparar una masa con la cual se procede de la forma descrita. Pero a diferencia del bombón mencionado al principio, aquí primero se obtiene el almíbar con que se amasa la otra mezcla.
Table fey
Equivale a lo que se denomina en Cuba turrón de coco. La masa del coco puede picarse en trocitos o ser molida o rallada y su contenido se une a un almíbar preparado a base de azúcar y agua. A la mezcla puede añadirse jengibre, canela y anís estrellado; se coloca en la candela y se procede a batirla y, periódicamente, se va comprobando si ya "cuajó" el dulce. Una vez concluido, ésto se deposita encima de un papel colocado previamente en la mesa de la cocina.
Table ajonjolí
Se procede en su confección de manera similar a la descrita anteriormente. La diferencia consisto en que, en vez de masa de coco, la materia prima es el ajonjolí tostado, molido o pilado. Los demás ingredientes son los mismos.
Table maní
Este dulce y el bombón son los más gustados y usados en las fiestas de santos por los haitianos y sus descendientes. Primero se prepara el almíbar en el que pueden incluirse canela, jengibre y anís estrellado, según los procedimientos habituales. En ocasiones se prescinde de estos últimos ingredientes. Se mezcla el almíbar con los granos de maní y se coloca en el fogón; cuando el dulce cuaja, esto es, está listo, se le da formas diversas: la de un rectángulo conocido por tableta, redonda, etc.
A veces se prescinde de algunos de los ingredientes antes mencionados y se emplea sólo el maní con el almíbar, precediéndose de la manera ya conocida al confeccionarlo.
Asimismo, debemos apuntar que tanto el maíz como el maní se usan en su variante tostada o "grillé".
Turrón de marañón
Es un dulce poco habitual en la repostería cubana. Se confecciona con la semilla del marañón, la cual se tuesta y luego se pila, aunque hay quien dice que se puede emplear la semilla entera: la primera variante se parece al turrón alicante consumido antes para las fiestas de Navidad y, a la segunda, simplemente la denominan turrón de marañón. El contenido de la semilla se mezcla con el almíbar y se procede a su cocción.
marañón
Es un dulce poco habitual en la repostería cubana. Se confecciona con la semilla del marañón, la cual se tuesta y luego se pila, aunque hay quien dice que se puede emplear la semilla entera: la primera variante se parece al turrón alicante consumido antes para las fiestas de Navidad y, a la segunda, simplemente la denominan turrón de marañón. El contenido de la semilla se mezcla con el almíbar y se procede a su cocción.
marañón
Mantecada
Se hace a base de harina, azúcar y levadura; la mezcla resultante se amasa con grasa animal y se pone a hornear. Se ingiere con un almíbar elaborado previamente.
Se hace a base de harina, azúcar y levadura; la mezcla resultante se amasa con grasa animal y se pone a hornear. Se ingiere con un almíbar elaborado previamente.
Otros tipos de dulces
Con el boniato se prepara un dulce en almíbar denominado boniatillo. Pero la versatilidad de la cocina haitiana hacia prodigios, obligada en el pasado prerrevolucionano por las condiciones adversas que rodeaban la existencia de estos inmigrantes; así confeccionaban dulces caseros con frijoles blancos, naranja, chícharos y los más cercanos a la cocina cubana, como el dulce de leche.
Bebidas
Los loas petró gustan de hacer aspersiones con kimanga, líquido hecho a base de ron y de diversas especias, que se prepara según rituales muy precisos reservados a ellos. En los asentamientos cubano-haitianos estudiados, hemos observado el uso de una bebida parecida, pero que se confecciona a base de ron o aguardiente y picante llamada kleren. Las bebidas que predominan en ellos son las que a continuación pasamos a enumerar, repitiendo la salvedad de que, para cada una de ellas, existe más de una receta.
Butei-gasin (bouteille racine)
Bebida ritual hecha a base de una enorme diversidad de raíces de plantas -cuyo conocimiento es de uso exclusivo de los oficiantes del vodú a las que se les atribuyen poderes mágicos- de semillas como las de maíz, ajonjolí y otros componentes mas que se introducen en una botella con aguardiente. La mezcla de elementos sólidos y líquidos se deja añejar por largo tiempo y el producto es una bebida de sabor muy agradable.
Tifei (petit-feuille) o yerbita
En una botella de cristal se introducen los siguientes elementos sólidos pedacitos de hierba carpintero, raíz de coco, raíz de palma, caña santa, raíz de jibá, raíz de china, bejuco indio, bejuco francés, raíz de cuyaya, raíz de hierba conga o hierba africana, nuez moscada y anís estrellado. A todo lo anterior se le añade aguardiente de caña y se deposita en un lugar donde no reciba luz para que se añeje durante un tiempo determinado. La bebida resultante también es muy agradable y popularmente, sobre todo entre los cubanos, se le denomina yerbita.
Otros informantes añadieron a los anteriores, los siguientes componentes: hoja de naranja, raíz de ajo, canela, pimienta bomba y pimienta picante, raíz de hierba calentura, espuela de gallo y canela. Dicen que el añejamiento no debe sobrepasar los cinco o seis días.
Tafiá
Nombre que recibe el aguardiente de caña.
Liqué
Bebida no alcoholizada, algo melosa, empleada preferentemente en la ceremonia del lúa blanche. Se confecciona a base de azúcar y agua, mezcla que se pone a hervir un tiempo prudencial. En el instante de la ebullición se le añaden anís estrellado y cancela. Cuando este contenido se espesa, se desmonta del fogón y se deja enfriar. Ya frío, se le añaden, además, vainilla y menta y se cuela en un colador fino. El líquido resultante se envasa inmediatamente en botellas. Puede ingerirse al instante, aunque hay quien asegura que esta bebida puede durar años.
Bebida ritual hecha a base de una enorme diversidad de raíces de plantas -cuyo conocimiento es de uso exclusivo de los oficiantes del vodú a las que se les atribuyen poderes mágicos- de semillas como las de maíz, ajonjolí y otros componentes mas que se introducen en una botella con aguardiente. La mezcla de elementos sólidos y líquidos se deja añejar por largo tiempo y el producto es una bebida de sabor muy agradable.
Tifei (petit-feuille) o yerbita
En una botella de cristal se introducen los siguientes elementos sólidos pedacitos de hierba carpintero, raíz de coco, raíz de palma, caña santa, raíz de jibá, raíz de china, bejuco indio, bejuco francés, raíz de cuyaya, raíz de hierba conga o hierba africana, nuez moscada y anís estrellado. A todo lo anterior se le añade aguardiente de caña y se deposita en un lugar donde no reciba luz para que se añeje durante un tiempo determinado. La bebida resultante también es muy agradable y popularmente, sobre todo entre los cubanos, se le denomina yerbita.
Otros informantes añadieron a los anteriores, los siguientes componentes: hoja de naranja, raíz de ajo, canela, pimienta bomba y pimienta picante, raíz de hierba calentura, espuela de gallo y canela. Dicen que el añejamiento no debe sobrepasar los cinco o seis días.
Tafiá
Nombre que recibe el aguardiente de caña.
Liqué
Bebida no alcoholizada, algo melosa, empleada preferentemente en la ceremonia del lúa blanche. Se confecciona a base de azúcar y agua, mezcla que se pone a hervir un tiempo prudencial. En el instante de la ebullición se le añaden anís estrellado y cancela. Cuando este contenido se espesa, se desmonta del fogón y se deja enfriar. Ya frío, se le añaden, además, vainilla y menta y se cuela en un colador fino. El líquido resultante se envasa inmediatamente en botellas. Puede ingerirse al instante, aunque hay quien asegura que esta bebida puede durar años.
VUDU EN CUBA: LOAS DEL AGUA
(FUENTE DESCONOCIDA)
Aunque a primera vista parezca que en vodú existe un debilitamiento en el culto a la serpiente proveniente de los antiguos whydah del Dahomey, en las prácticas voduistas observadas se aprecia un número considerable de loas con rasgos que denuncian el poderío de ese culto. Se atestiguan que Gran Búa al desplazarse silba y hay varios santos que se cuelgan de las ramas de los árboles o que se arrastran por el suelo como si fuesen un ofidio.
Nunca se usa una serpiente viva en las prácticas voduistas. Entre los espíritus acuáticos se ponen de manifiesto los aludidos rasgos, a veces sutilmente.
Nunca se usa una serpiente viva en las prácticas voduistas. Entre los espíritus acuáticos se ponen de manifiesto los aludidos rasgos, a veces sutilmente.
ZAÚ PEMBÁ
Al presentarse, se echa al suelo y de inmediato hay que echarle mucha agua a su paso. Él prácticamente se arrastra por el fango, al tiempo que "canta". Ingiere grandes cantidades de bebidas alcohólicas, lo que hace por botellas, de un solo sorbo. Así es como realiza su trabajo: al brindar, se dirige a los interlocutores para decirles francamente: "Yo no tengo amigos, no me relaciono con nadie". Desaparece de la vista pública y se introduce en el río, donde es difícil de hallar, allí puede pasarse días enteros y reaparecer nadando. Es invocado a las doce de la noche. Como nunca existen condiciones para darle su manyé, él envía un miembro de su corte. Parece estar dotado de poderes prominentes en el orden de una inteligencia ordenadora, basado en la cual organiza y dirige las curaciones.
DAMBALLAH
Algunas veces se presenta como hombre y, otras, como mujer. Cuando lo hace como santo, se dice que es el rey de los santos guerreros, Criminel o Togó, En su segunda variante, aparece como una santa vestida de blanco que pide, en vez de ron, agua de azúcar.
Su alimento característico es el maíz tostado y las comidas blancas. Entra cantando tranquilamente, se muestra muy contenta con todo el mundo y santigua a los concurrentes.
Cuando Damballah silba no cobra por el trabajo que realiza. En su ofrenda se incluyen chivos de pelambre amarillo, ( giro) o colorado y viandas de todos los tipos .
CULÉV
Su ceremonia se realiza en el río. Los animales que se le sacrifican son los curieles, los cuales se introducen en una lata de donde son extraídos para matarlos con un cuchillo. Un poco de su sangre se echa en un frasco y se mezcla con perfume para el uso de los hijos del altar. También come fruta de pan. Es un santo que según los informantes fue traído de Haití.
SIMBÍ
En Haití se le considera el guardián de las fuentes y los mares. Simbí come en el río. Allí se le debe realizar su servicio. En su manyé se incluyen una pareja de pollos pintos y viandas (yuca, plátano, malanga, etc:) y un poquito de arroz blanco.
LA SIRENA Y LA BALLENA DE MAR
La Sirena y la Ballena son dos divinidades marinas tan estrechamente unidas que se les venera juntas y se les celebra con el mismo canto. Unos dicen que la Ballena es la madre de la Sirena, otros que ella es su marido y, en fin, otros que esos dos nombres se aplican a una sola y misma divinidad. Se representa a la Sirena conformé a la tradición europea, pero cuando ella aparece en el santuario, la persona que es poseída por ella es solamente una mujer joven, coqueta, muy cuidadosa de su tocado .
En una reciente investigación realizada en la República Popular de Angola, constatamos un fuerte culto a la sirena -representada convencionalmente de la forma antes mencionada- de origen kikongo. Los informantes de las comunidades haitianas aseguran que esta divinidad es un santo blanco, hombre, que vive en el mar.
ERCILÍ O SANTA CECILIA
En Haití existen dos Ercilí principales: Ercilí Dobá o Dogbá que es uno de los grandes luases del país, símbolo de la pureza, y Ercilí Fredá o Ercilí Freda Daromain que, como la anterior, se le identifica con la virgen María.
Todas las demás divinidades son consideradas como hermanas de la primera, en cuya ceremonia se realizan aspersiones en la tierra y el aire con perfume. Por sus veleidades y sensualidad sin embargo, se le considera como una especie de Afrodita antillana, con lo cual se le asemeja a la Ochún cubana , "diosa del amor sexual y patrona de Cuba”.
Pero si el color simbólico de ésta es el amarillo, el de Ercilí es el blanco: se trata de un espíritu marino que se desgajó de su cuerpo acuático para devenir en signo cultural de alcance más vasto. Hay que consignar que, como ocurre con otros luases hay otras Ercilí que se le contraponen en cuanto a rasgos caracterológicos.
En Republica Dominicana, esta divinidad recibe el nombre de Metré Silí y tiene gran renombre. Posee muchos de los trazos de la divinidad haitiana :es muy débil a los perfumes, a las prendas y a los trajes lujosos y caros. Odia la bebida y se deja arrastrar por la atracción masculina.
Esta misma divinidad, en punto petró. es "la única metresa que se presta para recoger corrientes malas cuando utiliza flores amarillas o de sol".
Se han podido registrar dos tipos de Ercilí : una, de claro sello rada y otra, que bien puede equipararse con la Ercilí-Yeux-Rouges (Erzulie Ojos Rojos), de tipo petró. La primera va enteramente de blanco, detesta las bebidas alcohólicas y delante de su vista no pueden realizarse sacrificios cruentos: además tiene como pareja a Ogún Bátala u Ogún Guerrero, en su manyé lúa se incluyen palomas blancas, cake y bebidas dulces, entre otros alimentos. A despecho de esta primera clase de Ercilí localizada en las montañas de la Sierra Maestra, en la provincia de Las Tunas se constata un culto a la Ercilí roja: en su ceremonia se producen sacrificios de animales y su caballo viste con este color.
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martes, 5 de octubre de 2010
Otros espíritus
LENGLESÚ
Se auto identifica cuando se posesiona de un caballo. Se caracteriza por ingerir grandes cantidades de ron, sobre todo de aguardiente de caña con picante. Su manyé-luá incluye un verraco y todo tipo de viandas. Ese animal es degollado, como si fuese un chivo. Se abre un hueco en la tierra donde se depositan una botella de ron, viandas y otras cosas que se le ofrezcan en la comida. Encima de todas ellas, se derrama la sangre del animal sacrificado. En dicho hueco se depositan, finalmente, las partes ofrendables de aquél : la cabeza, las cuatro patas, el rabo y el corazón. La comida confeccionada con el resto del animal puede ser ingerida por los asistentes a la fiesta.
Lenglesú es un lúa diablo. Es "violento y maligno". Cualquier compromiso establecido con él que se incumpla puede costar la vida.
Se aprecian diferencias en cuanto a las partes que se le ofrendan a este luá en Haití y en Cuba: en el hermano país caribeño se le incluye en el manyé parte de la lengua y de las orejas, así como las patas delanteras y la extremidad de la cola; los pedazos de carne no deben ser cocinados con sal.
Es presentado Lenglesú como el loa del arco iris y Blinginsú "marcha" o camina con él.
Existen dos Lenglesú más: Lenglesú Damá y Lenglesú Vasensá, con rasgos o caracteres diferentes a los del primero
DJAB MONTAÑE
Como su nombre lo indica, se trata de un loa diablo: se le llama a las doce de la noche, en el centro del monte y se le ofrenda un macho sin castrar o verraco, de color grisáceo. Su ofrenda se cocina entera y se deposita donde vive; en ella se incluye una variedad común de viandas.
De figura llamativa, del tamaño de una palma, agita sus enormes y largos brazos cuando se mueve. No puede "montar", pues, en el interior de una casa por sus descomunales dimensiones. Lo hace sólo en el bosque. No se distinguen sus facciones al manifestarse, pero se ve que lleva una enorme cadena atada a la cintura.
SAINT MICHEL ARCÁNGEL
Santo que se utiliza en el hogar "como respaldo de la casa; siempre hay que tenerlo en la puerta". Aparta o vence las "malas corrientes" que puedan ser dirigidas contra una familia.
Según el canto que se le dirige en la ceremonia, es presentado como un intermediario de los Zanges (los santos vodú), ante Dios y la virgen María.
MACUTO
Luá traído de Haití. Es varón. Porta un machete y una yaba.
CICLÓN
Loa diablo. Cuando se posesiona de su caballo, se necesitan veinte o treinta personas para controlarlo, pero a todas puede levantarlas. Posee una furia y poder descomunales.
OBBÁ LOMÍ
Su vestuario es blanco e incluye una pañoleta de ese mismo color. Usa una falda larga y su bebida preferida es melosa, no alcoholizada. Porta como atributo también un collar. Es la reina de la ceiba, árbol donde reside su poder. Si no pertenece a la categoría de los luases diablos, guarda estrecha relación con ellos.
Como animales de sacrificio se incluyen en su manyé un chivo y un pollo negro. Los alimentos se le depositan en una canasta. Se trata de una antigua divinidad venida de África y que en Haití, recibe el nombre de Congó Azuecá. Junto con los miembros de la familia de los Ogún, es especialista en artos adivinatorias y trabaja mucho con las barajas.
Se auto identifica cuando se posesiona de un caballo. Se caracteriza por ingerir grandes cantidades de ron, sobre todo de aguardiente de caña con picante. Su manyé-luá incluye un verraco y todo tipo de viandas. Ese animal es degollado, como si fuese un chivo. Se abre un hueco en la tierra donde se depositan una botella de ron, viandas y otras cosas que se le ofrezcan en la comida. Encima de todas ellas, se derrama la sangre del animal sacrificado. En dicho hueco se depositan, finalmente, las partes ofrendables de aquél : la cabeza, las cuatro patas, el rabo y el corazón. La comida confeccionada con el resto del animal puede ser ingerida por los asistentes a la fiesta.
Lenglesú es un lúa diablo. Es "violento y maligno". Cualquier compromiso establecido con él que se incumpla puede costar la vida.
Se aprecian diferencias en cuanto a las partes que se le ofrendan a este luá en Haití y en Cuba: en el hermano país caribeño se le incluye en el manyé parte de la lengua y de las orejas, así como las patas delanteras y la extremidad de la cola; los pedazos de carne no deben ser cocinados con sal.
Es presentado Lenglesú como el loa del arco iris y Blinginsú "marcha" o camina con él.
Existen dos Lenglesú más: Lenglesú Damá y Lenglesú Vasensá, con rasgos o caracteres diferentes a los del primero
DJAB MONTAÑE
Como su nombre lo indica, se trata de un loa diablo: se le llama a las doce de la noche, en el centro del monte y se le ofrenda un macho sin castrar o verraco, de color grisáceo. Su ofrenda se cocina entera y se deposita donde vive; en ella se incluye una variedad común de viandas.
De figura llamativa, del tamaño de una palma, agita sus enormes y largos brazos cuando se mueve. No puede "montar", pues, en el interior de una casa por sus descomunales dimensiones. Lo hace sólo en el bosque. No se distinguen sus facciones al manifestarse, pero se ve que lleva una enorme cadena atada a la cintura.
SAINT MICHEL ARCÁNGEL
Santo que se utiliza en el hogar "como respaldo de la casa; siempre hay que tenerlo en la puerta". Aparta o vence las "malas corrientes" que puedan ser dirigidas contra una familia.
Según el canto que se le dirige en la ceremonia, es presentado como un intermediario de los Zanges (los santos vodú), ante Dios y la virgen María.
MACUTO
Luá traído de Haití. Es varón. Porta un machete y una yaba.
CICLÓN
Loa diablo. Cuando se posesiona de su caballo, se necesitan veinte o treinta personas para controlarlo, pero a todas puede levantarlas. Posee una furia y poder descomunales.
ABORÍ
Loa diablo.
MAMÁ GUÁ o MANAGUÁ
Equivale a mamá abuela.
DIVISIÓN
En cada grupo de loas afines debe haber un jefe que los dirija: a ése se le
denomina División. En el asentamiento cubano-haitiano de La Caridad, hay una practicante voduista, caballo de este santo. Se le identifica cuando se posesiona de ella por los cantos que le corresponden, uno de los cuales dice así:
¡División mayí-colá-oh, oh
¡División mayí-colá-oh, oh!
¡División mayí-colá-oh, oh!
¡División mayí-colá eh, eh egué!
Loa diablo.
MAMÁ GUÁ o MANAGUÁ
Equivale a mamá abuela.
DIVISIÓN
En cada grupo de loas afines debe haber un jefe que los dirija: a ése se le
denomina División. En el asentamiento cubano-haitiano de La Caridad, hay una practicante voduista, caballo de este santo. Se le identifica cuando se posesiona de ella por los cantos que le corresponden, uno de los cuales dice así:
¡División mayí-colá-oh, oh
¡División mayí-colá-oh, oh!
¡División mayí-colá-oh, oh!
¡División mayí-colá eh, eh egué!
OBBÁ LOMÍ
Su vestuario es blanco e incluye una pañoleta de ese mismo color. Usa una falda larga y su bebida preferida es melosa, no alcoholizada. Porta como atributo también un collar. Es la reina de la ceiba, árbol donde reside su poder. Si no pertenece a la categoría de los luases diablos, guarda estrecha relación con ellos.
Como animales de sacrificio se incluyen en su manyé un chivo y un pollo negro. Los alimentos se le depositan en una canasta. Se trata de una antigua divinidad venida de África y que en Haití, recibe el nombre de Congó Azuecá. Junto con los miembros de la familia de los Ogún, es especialista en artos adivinatorias y trabaja mucho con las barajas.
VUDU EN CUBA: LOS CAMINOS
LOAS DE LOS CAMINOS Y ENTRADAS
(fuente desconocida)
LEGBA
"En África, Legbá es un dios fálico y joven. En Haití es una persona senil de barba blanca. Se le invoca para que abra las puertas. Recibe la primera plegaria en las ceremonias". Tiene figura muy parecida a la de san Lázaro: cojea como éste y lleva una especie de muletica en la que se apoya para caminar. Su ropa es raída, muy usada, con la que demuestra sus trabajos como misionero, porque "su misión es muy dura". Puede tomar picante y frotarse con él los ojos. Una sacerdotisa, afirma que Legbá "existía, pero al dar la caída se convirtió en luá, por lo que su comida desde entonces siempre se ha preparado así: asada". En su manyé se incluye pollo invariablemente y, en algunos lugares, chivo, ambos de color negro, además de siete tipos de viandas.
Lo significativo que recibe de la ofrenda animal son las plumas, la cabeza y las tripas que son lanzadas al fuego de la hoguera, con lo que se hace saber que se entregó todo lo que le pertenece. Esa hoguera será encendida en la portería o entrada principal que dé acceso a la vivienda del dueño de la fiesta.
Debajo de la enramada permanece encendida una vela y en ella se sitúa inicialmente la orquesta. Luego la hoguera se rocía con agua azucarada, además se avivan las llamas con aguardiente. Poco después es encendida otra vela que se coloca al pie del fuego, levantada y puesta en el camino que desemboca en la portería.
Ésta es una ceremonia indispensable para el desarrollo del conjunto de ritos que se realizarán en cumplimiento de los demás santos y fuerzas sobrenaturales. Su función consiste en llamarlos, atraerlos y darles la bienvenida para que se presenten en la fiesta que se les ha organizado.
Con la carne de los animales y las viandas asadas —más pedacitos de bombón—se prepara una especie de pudín en una jigüera al que se le añade mucho picante y se reparte entre todos los concurrentes a la ceremonia.
Confirmando su preeminencia, un sacerdote nos atestiguó que Legbá es "el jefe de todos los santos; hay que hacerle la comida primero a él, antes que a los demás".
LUÁ CHEMIN
Luá de los caminos reales. "Trabaja", da caridad. En su manyé se emplean diversas carnes, como la de cerdo para hacer una especie de ajiaco al que se añade todo tipo de viandas, menos la calabaza. Esta última no puede depositársele tampoco en su altar.
LUÁ CALFÚ
Lúa Calfú es el de los cuatro caminos. "Se le prepara su comida en cualquier lugar, pero siempre su altar tiene que situarse en un rincón pegado a la pared".
LENTÓ
Se conoce que trabaja sólo una vez al año. Habita en el marco de la puerta de acceso a la casa de vivienda, donde ejerce una especie de "protección" a sus moradores.
COLÉ-CORD
El nombre que ofrecemos corresponde a una pronunciación figurada nuestra, a partir de la información. Ellos nos atestiguan que el significado que más se le aproxima es el de "nudo" o amarre, situado a la entrada de una casa.
Es evidente que se trata -como en el caso de Lentó- de una expresión más de la brujería que circunda siempre al vodú. Las encrucijadas y caminos son "lugares encantados por los malos espíritus" y todas las entradas deben ser reforzadas para desbaratar los maleficios o daños dirigidos contra alguna familia. Con este santo se amarra.
LEGBA
"En África, Legbá es un dios fálico y joven. En Haití es una persona senil de barba blanca. Se le invoca para que abra las puertas. Recibe la primera plegaria en las ceremonias". Tiene figura muy parecida a la de san Lázaro: cojea como éste y lleva una especie de muletica en la que se apoya para caminar. Su ropa es raída, muy usada, con la que demuestra sus trabajos como misionero, porque "su misión es muy dura". Puede tomar picante y frotarse con él los ojos. Una sacerdotisa, afirma que Legbá "existía, pero al dar la caída se convirtió en luá, por lo que su comida desde entonces siempre se ha preparado así: asada". En su manyé se incluye pollo invariablemente y, en algunos lugares, chivo, ambos de color negro, además de siete tipos de viandas.
Lo significativo que recibe de la ofrenda animal son las plumas, la cabeza y las tripas que son lanzadas al fuego de la hoguera, con lo que se hace saber que se entregó todo lo que le pertenece. Esa hoguera será encendida en la portería o entrada principal que dé acceso a la vivienda del dueño de la fiesta.
Debajo de la enramada permanece encendida una vela y en ella se sitúa inicialmente la orquesta. Luego la hoguera se rocía con agua azucarada, además se avivan las llamas con aguardiente. Poco después es encendida otra vela que se coloca al pie del fuego, levantada y puesta en el camino que desemboca en la portería.
Ésta es una ceremonia indispensable para el desarrollo del conjunto de ritos que se realizarán en cumplimiento de los demás santos y fuerzas sobrenaturales. Su función consiste en llamarlos, atraerlos y darles la bienvenida para que se presenten en la fiesta que se les ha organizado.
Con la carne de los animales y las viandas asadas —más pedacitos de bombón—se prepara una especie de pudín en una jigüera al que se le añade mucho picante y se reparte entre todos los concurrentes a la ceremonia.
Confirmando su preeminencia, un sacerdote nos atestiguó que Legbá es "el jefe de todos los santos; hay que hacerle la comida primero a él, antes que a los demás".
LUÁ CHEMIN
Luá de los caminos reales. "Trabaja", da caridad. En su manyé se emplean diversas carnes, como la de cerdo para hacer una especie de ajiaco al que se añade todo tipo de viandas, menos la calabaza. Esta última no puede depositársele tampoco en su altar.
LUÁ CALFÚ
Lúa Calfú es el de los cuatro caminos. "Se le prepara su comida en cualquier lugar, pero siempre su altar tiene que situarse en un rincón pegado a la pared".
LENTÓ
Se conoce que trabaja sólo una vez al año. Habita en el marco de la puerta de acceso a la casa de vivienda, donde ejerce una especie de "protección" a sus moradores.
COLÉ-CORD
El nombre que ofrecemos corresponde a una pronunciación figurada nuestra, a partir de la información. Ellos nos atestiguan que el significado que más se le aproxima es el de "nudo" o amarre, situado a la entrada de una casa.
Es evidente que se trata -como en el caso de Lentó- de una expresión más de la brujería que circunda siempre al vodú. Las encrucijadas y caminos son "lugares encantados por los malos espíritus" y todas las entradas deben ser reforzadas para desbaratar los maleficios o daños dirigidos contra alguna familia. Con este santo se amarra.
VUDU EN CUBA: GEDE
(FUENTE DESCONOCIDA)
Se define a los integrantes de este grupo como los "genios de la sexualidad y la muerte al propio tiempo".Se suelen situar en una posición marginal, al ser confundidos con las almas de los muertos o los resucitados. Con sus vestimentas, sus poseídos se esfuerzan en evocar la imagen de un cadáver, como los describe un autor, "los guedé forman un grupo de divinidades sumamente poderosas por ser los genios de la muerte, se erigen, tal vez, como los dioses más fuertes del panteón [voduista] y también los más respetados, sobre todo de las otras divinidades que los temen y quieren evitar su jacarandosa compañía".
Los guedé no se materializan durante la posesión como lo describen los autores en Haití: vestidos de negro, con sombrero de copa, frac y chaqué. Llevan lentes estrafalarios, a los cuales a veces les falta un cristal. No nasalizan la voz como los zombi ni dicen obscenidades. Su comportamiento llama la atención, porque inmediatamente se tiran al suelo y se sitúan alrededor de la hoguera. Sus integrantes desempeñan un papel fundamental en la praxis voduista en Cuba: no hay hungán o mambó que no "trabaje" con uno de ellos en su labor cotidiana de consultas y medicinas tradicionales.
A continuación los miembros más relevantes de esta familia:
GUEDÉ
Es descrito como un santo que consume mucho picante y tafiá; bebe mucho y es muy fuerte. Hay que guardar un respeto estricto cuando se le hace un servicio: "Si él tiene la comida, nadie puede tocar ni coger nada de ella".
LACRUÁ O LACUÁ
Informantes haitianos atestiguan que Baón Lacruá es el espíritu de "la primera persona que se entierra en un cementerio" y al hablar de los guedé, los identifican con "los muertos". Es así como afirman que Zombi y Lacuá son muertos, igual que Senché y Cemiché y sitúan como su jefe al Baón, es decir, a Barón Lacuá.
En Cuba, se trata de un santo que pertenece a la familia de los guedé, a los que pertenecen Barón Samedi, Barón la Croix o Barón Cimetiére, "el guardián del cementerio y una de las más importantes y poderosas divinidades del panteón voduista". Tiene como símbolo la cruz y en la ofrenda se incluye un gallo negro.
Este loa-muerto- tiene facultades muy sensibles para detectar dónde hay mala intención, daño o maldad. No obstante, parece ser más bien un lúa "cerebro" o que dirige las acciones de otros santos para que resuelvan los problemas localizados por él. Gran Búa es el que ejecuta las curas que Lacuá recomienda en las consultas o citas de adivinación.
ZOMBI
Su servicio hay que realizárselo en el tronco de un árbol, donde hace acto de posesión de su caballo, porque él vive en el monte. Algunos lo consideran un santo cimarrón que gusta de vivir en cualquier mata, nunca en el exterior. Coge bejucos para tejer su ropa. Es un muerto que no fue para el cielo y se quedó en el monte.
Cuando alguien lo monta, sale "quitá" y al regresar viene forrado de zarza. Entonces se baña al caballo con aguardiente y se le van cayendo las espinas. Nadie sabe cuándo llega ni nadie sabe cuándo se va. Se caracteriza porque "todo lo desbarata y resuelve".
Su gran poder radica en que él es quien recibe a los muertos en el cementerio, su verdadera casa. En torno a él se levanta un halo de misterio: anda oculto, se desconoce el instante en que aparecerá y también cómo lo hará, por lo que se teme mucho al establecer un compromiso con él. Se dice que fue "en el ayer" un ser vivo, pero fue convertido en zombi, por lo que considera a todos los fallecidos como hermanos suyos.
Se le representa, antropomórficamente, como un viejito de cara muy arrugada que cambia su aspecto cuando se manifiesta en, o posesiona de una persona. La posesión se realiza con calma, se limpia la cara con el pañuelo del caballo. Se le debe pedir y apaciguar y darle mucho aguardiente. Cuando al fin "llega", lo primero que hace es tirarse al suelo y allí se sienta. Se le quitan los zapatos e inmediatamente hay que buscarle un sombrero ripiado al que le amarran una tira negra y se lo colocan en la cabeza. Se arremanga los bajos del pantalón.
Como los Ogún, le teme mucho al agua; así, para "bañarse" sacude las hojas de los plataneros, pero si se le mojan los pies, hay que encender una hoguera para calentárselos. Asimismo siento un miedo muy grande por los militares. Si alguno de éstos está presente cuando Zombi se posesiona de alguien, él se retira apresuradamente del lugar.
En su manyé-luá se incluyen boniato y arenca asados con aceite. Se le sacrifican un chivo y un pollo negros. Sus colores simbólicos son el negro y el blanco, "pero más negro que blanco". Cuando se hace la comida de todos los santos, él se presenta y come. No es necesario, pues, depositarle su alimento aparte.
Se le caracteriza como un ser decidido y violento que se dedica a dar labores; muchos de sus "trabajos" nadie los puede ver, porque los hace de forma oculta.
CEMICHÉ O CIMITIEL
El nombre de este lúa parece derivar de cemetière (cementerio) o camposanto, lugar de residencia del santo que nos ocupa. Se dice que entre Cemiché y Senché existe una relación de parentesco : el primero es el padre del segundo, pero en un sentido simbólico; el primero, recibe los muertos en el cementerio y Senché los "apadrina". O sea justifica que la persona ha fallecido realmente y le echa la tierra encima." Después de esta confirmación, aparece Lacuá y le pone la cruz.
Se distingue por la labor específica que realiza: dar indicaciones, curas y consultas. No tiene un vestuario característico. Uno de nuestros informantes lo describe como una persona débil al "llegar", como si fuese un -anciano; pero no está seguro si se manifiesta así porque ésa es su figura o si se debía al largo tiempo que llevaba laborando con el caballo en que él se posesionó.
Se define a los integrantes de este grupo como los "genios de la sexualidad y la muerte al propio tiempo".Se suelen situar en una posición marginal, al ser confundidos con las almas de los muertos o los resucitados. Con sus vestimentas, sus poseídos se esfuerzan en evocar la imagen de un cadáver, como los describe un autor, "los guedé forman un grupo de divinidades sumamente poderosas por ser los genios de la muerte, se erigen, tal vez, como los dioses más fuertes del panteón [voduista] y también los más respetados, sobre todo de las otras divinidades que los temen y quieren evitar su jacarandosa compañía".
Los guedé no se materializan durante la posesión como lo describen los autores en Haití: vestidos de negro, con sombrero de copa, frac y chaqué. Llevan lentes estrafalarios, a los cuales a veces les falta un cristal. No nasalizan la voz como los zombi ni dicen obscenidades. Su comportamiento llama la atención, porque inmediatamente se tiran al suelo y se sitúan alrededor de la hoguera. Sus integrantes desempeñan un papel fundamental en la praxis voduista en Cuba: no hay hungán o mambó que no "trabaje" con uno de ellos en su labor cotidiana de consultas y medicinas tradicionales.
A continuación los miembros más relevantes de esta familia:
GUEDÉ
Es descrito como un santo que consume mucho picante y tafiá; bebe mucho y es muy fuerte. Hay que guardar un respeto estricto cuando se le hace un servicio: "Si él tiene la comida, nadie puede tocar ni coger nada de ella".
LACRUÁ O LACUÁ
Informantes haitianos atestiguan que Baón Lacruá es el espíritu de "la primera persona que se entierra en un cementerio" y al hablar de los guedé, los identifican con "los muertos". Es así como afirman que Zombi y Lacuá son muertos, igual que Senché y Cemiché y sitúan como su jefe al Baón, es decir, a Barón Lacuá.
En Cuba, se trata de un santo que pertenece a la familia de los guedé, a los que pertenecen Barón Samedi, Barón la Croix o Barón Cimetiére, "el guardián del cementerio y una de las más importantes y poderosas divinidades del panteón voduista". Tiene como símbolo la cruz y en la ofrenda se incluye un gallo negro.
Este loa-muerto- tiene facultades muy sensibles para detectar dónde hay mala intención, daño o maldad. No obstante, parece ser más bien un lúa "cerebro" o que dirige las acciones de otros santos para que resuelvan los problemas localizados por él. Gran Búa es el que ejecuta las curas que Lacuá recomienda en las consultas o citas de adivinación.
ZOMBI
Su servicio hay que realizárselo en el tronco de un árbol, donde hace acto de posesión de su caballo, porque él vive en el monte. Algunos lo consideran un santo cimarrón que gusta de vivir en cualquier mata, nunca en el exterior. Coge bejucos para tejer su ropa. Es un muerto que no fue para el cielo y se quedó en el monte.
Cuando alguien lo monta, sale "quitá" y al regresar viene forrado de zarza. Entonces se baña al caballo con aguardiente y se le van cayendo las espinas. Nadie sabe cuándo llega ni nadie sabe cuándo se va. Se caracteriza porque "todo lo desbarata y resuelve".
Su gran poder radica en que él es quien recibe a los muertos en el cementerio, su verdadera casa. En torno a él se levanta un halo de misterio: anda oculto, se desconoce el instante en que aparecerá y también cómo lo hará, por lo que se teme mucho al establecer un compromiso con él. Se dice que fue "en el ayer" un ser vivo, pero fue convertido en zombi, por lo que considera a todos los fallecidos como hermanos suyos.
Se le representa, antropomórficamente, como un viejito de cara muy arrugada que cambia su aspecto cuando se manifiesta en, o posesiona de una persona. La posesión se realiza con calma, se limpia la cara con el pañuelo del caballo. Se le debe pedir y apaciguar y darle mucho aguardiente. Cuando al fin "llega", lo primero que hace es tirarse al suelo y allí se sienta. Se le quitan los zapatos e inmediatamente hay que buscarle un sombrero ripiado al que le amarran una tira negra y se lo colocan en la cabeza. Se arremanga los bajos del pantalón.
Como los Ogún, le teme mucho al agua; así, para "bañarse" sacude las hojas de los plataneros, pero si se le mojan los pies, hay que encender una hoguera para calentárselos. Asimismo siento un miedo muy grande por los militares. Si alguno de éstos está presente cuando Zombi se posesiona de alguien, él se retira apresuradamente del lugar.
En su manyé-luá se incluyen boniato y arenca asados con aceite. Se le sacrifican un chivo y un pollo negros. Sus colores simbólicos son el negro y el blanco, "pero más negro que blanco". Cuando se hace la comida de todos los santos, él se presenta y come. No es necesario, pues, depositarle su alimento aparte.
Se le caracteriza como un ser decidido y violento que se dedica a dar labores; muchos de sus "trabajos" nadie los puede ver, porque los hace de forma oculta.
CEMICHÉ O CIMITIEL
El nombre de este lúa parece derivar de cemetière (cementerio) o camposanto, lugar de residencia del santo que nos ocupa. Se dice que entre Cemiché y Senché existe una relación de parentesco : el primero es el padre del segundo, pero en un sentido simbólico; el primero, recibe los muertos en el cementerio y Senché los "apadrina". O sea justifica que la persona ha fallecido realmente y le echa la tierra encima." Después de esta confirmación, aparece Lacuá y le pone la cruz.
Se distingue por la labor específica que realiza: dar indicaciones, curas y consultas. No tiene un vestuario característico. Uno de nuestros informantes lo describe como una persona débil al "llegar", como si fuese un -anciano; pero no está seguro si se manifiesta así porque ésa es su figura o si se debía al largo tiempo que llevaba laborando con el caballo en que él se posesionó.
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NACIÓN IBO
LOS SANTOS O LA NASHON IBÓ
IBÓ
A este loa no se le puede poner la comida junto con otros santos, sino separada. Digamos, en una esquina de la casa: "ese santo dicen que es caprichoso; no le gusta el juntamiento, lo de él es solo". Se le sacrifica una pareja de aves—un gallo y una gallina colorados—. Es identificado con santa Bárbara o el oricha Changó de la santería cubana.
IBÓ-BUÁ
Ibó que habita en el monte.
IBÓ-CAI
Ibó de la casa.
IBÓ-LA-FAMÍ
Se trata de un santo de la clase de los diablos: recibe como ofrenda un verraco grande y viejo, que se le sacrifica al pie de un hueco y cuyas partes ofrendables luego se entierran en él. Puede incluirse en su manyé un chivo grande y viejo también, siempre un gallo y una gallina: todos los animales que se le sacrifiquen deben ser de color negro, que es su color simbólico. Su ceremonia se realiza cada veinticinco años.
IBÓ
A este loa no se le puede poner la comida junto con otros santos, sino separada. Digamos, en una esquina de la casa: "ese santo dicen que es caprichoso; no le gusta el juntamiento, lo de él es solo". Se le sacrifica una pareja de aves—un gallo y una gallina colorados—. Es identificado con santa Bárbara o el oricha Changó de la santería cubana.
IBÓ-BUÁ
Ibó que habita en el monte.
IBÓ-CAI
Ibó de la casa.
IBÓ-LA-FAMÍ
Se trata de un santo de la clase de los diablos: recibe como ofrenda un verraco grande y viejo, que se le sacrifica al pie de un hueco y cuyas partes ofrendables luego se entierran en él. Puede incluirse en su manyé un chivo grande y viejo también, siempre un gallo y una gallina: todos los animales que se le sacrifiquen deben ser de color negro, que es su color simbólico. Su ceremonia se realiza cada veinticinco años.
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EL CULTO A LOS MARASSÁ
(Fuente desconocida)
Los haitianos no tienen un sólido cuadro esquematizado del mundo sobrenatural. Es por ello que no establecen separaciones ni categorías rígidas para los seres que habitan. Eso lo ilustran fehacientemente los Marassá, Mellizos o Gemelos: se trata de una categoría especial de divinidades, en cierto modo, "aparte de los otros espíritus".
Los gemelos (Marassá), vivientes y muertos, son investidos de un poder sobrenatural que hace de ellos seres de excepción. En el panteón vodú, un lugar privilegiado les está reservado al lado de los grandes misterios.
Hay quienes pretenden que los Marassá son más poderosos que los loas. Ellos son invocados y saludados al comienzo de una ceremonia; después, en ciertas regiones, notablemente en Léogane, la presiden.
En el servicio vodú cerca de Plaisance, se comprueba lo dicho en el sentido de que en una misma ceremonia son invocados por separado a los loas, a los muertos, a los Marassá y a Dios. En él, después de los preparativos del manyé y del trazado del vévé, los oficiantes dirigen su atención a los Mellizos.
En el norte de Haití no existe un culto independiente para "los muertos" y para los Mellizos, a los cuales en ninguna ceremonia se les puede pasar por alto. "Desde que ambos [tipos de muertos] protegen y persiguen a los miembros de una familia, en correspondencia con el tratamiento que reciban, se ha hecho esencial que les sean dados en su honor elaboradas fiestas nocturnas, ritos funerarios, numerosos toques, misas católicas y ceremonias vodú" .
No obstante, los Gemelos son altamente reverenciados en vida.
A los efectos de poder notar los puntos coincidentes y las diferencias existentes entre el vodú haitiano y el que actualmente se practica en Cuba, es necesario que nos detengamos en la ceremonia. En ella los participantes se ponen sus ropas rituales, trazan el vévé y entonan esta canción:
Los haitianos no tienen un sólido cuadro esquematizado del mundo sobrenatural. Es por ello que no establecen separaciones ni categorías rígidas para los seres que habitan. Eso lo ilustran fehacientemente los Marassá, Mellizos o Gemelos: se trata de una categoría especial de divinidades, en cierto modo, "aparte de los otros espíritus".
Los gemelos (Marassá), vivientes y muertos, son investidos de un poder sobrenatural que hace de ellos seres de excepción. En el panteón vodú, un lugar privilegiado les está reservado al lado de los grandes misterios.
Hay quienes pretenden que los Marassá son más poderosos que los loas. Ellos son invocados y saludados al comienzo de una ceremonia; después, en ciertas regiones, notablemente en Léogane, la presiden.
En el servicio vodú cerca de Plaisance, se comprueba lo dicho en el sentido de que en una misma ceremonia son invocados por separado a los loas, a los muertos, a los Marassá y a Dios. En él, después de los preparativos del manyé y del trazado del vévé, los oficiantes dirigen su atención a los Mellizos.
En el norte de Haití no existe un culto independiente para "los muertos" y para los Mellizos, a los cuales en ninguna ceremonia se les puede pasar por alto. "Desde que ambos [tipos de muertos] protegen y persiguen a los miembros de una familia, en correspondencia con el tratamiento que reciban, se ha hecho esencial que les sean dados en su honor elaboradas fiestas nocturnas, ritos funerarios, numerosos toques, misas católicas y ceremonias vodú" .
No obstante, los Gemelos son altamente reverenciados en vida.
A los efectos de poder notar los puntos coincidentes y las diferencias existentes entre el vodú haitiano y el que actualmente se practica en Cuba, es necesario que nos detengamos en la ceremonia. En ella los participantes se ponen sus ropas rituales, trazan el vévé y entonan esta canción:
Haz el vévé para mí, por favor...
La familia que toma sangre,
¿No ves que son inocentes?
El sacerdote se dirige a prepararles la comida a los Gemelos, toma dos o tres cestas cubiertas con paños blancos y mezcla maíz crudo, maní tostado, plátanos no cocinados o fritos, ñames, arencas, pan, confituras, berenjena, cereales, millo, coco, frijoles, mastuerzo de agua, todo tipo de licores y café. Cuando todo está listo, comienza a cantar:
La familia que toma sangre,
¿No ves que son inocentes?
El sacerdote se dirige a prepararles la comida a los Gemelos, toma dos o tres cestas cubiertas con paños blancos y mezcla maíz crudo, maní tostado, plátanos no cocinados o fritos, ñames, arencas, pan, confituras, berenjena, cereales, millo, coco, frijoles, mastuerzo de agua, todo tipo de licores y café. Cuando todo está listo, comienza a cantar:
¡La familia está reunida!
Dossú, Dossa, Gemelos-Marassá
Si tú crees que he comido ya
¡La miseria caiga sobre ti!
El sacerdote invita a los Mellizos a asistir a la ceremonia y canta otra canción en su honor:
Gemelos, aquí hay bebida y comida
Dossú, Dossa, Gemelos-Marassá
Mi vida está en las manos de Dios.
Gemelos, aquí hay bebida y comida
Dossú, Dossa, Gemelos-Marassá
Mi vida está en las manos de Dios.
Un tercer canto a los Mellizos es ofrecido antes de presentarles el manyé:
Gemelos, Gemelos
Dónde ustedes están comiendo.
Mientras los tamboreros tocan un ritmo, el oficiante pone parte de la comida dedicada a los Gemelos en un recipiente de calabaza. La ofrenda se deposita en los árboles, las corrientes de agua, las encrucijadas y en todos los lugares conocidos por ellos. Hecho esto se canta:
Gemelos, he aquí la comida
que les entregamos.
que les entregamos.
Los Gemelos tienen la costumbre cuando a ellos se la da [la comida]
de decir que no han comido. Después de este responso, se les implora que se retiren y dejen a la familia sola:
de decir que no han comido. Después de este responso, se les implora que se retiren y dejen a la familia sola:
Váyanse, Gemelos,
¡Gemelos del bosque, vuelvan a la floresta!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos del agua, vuelvan al agua!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos de casa, quédense en casa!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos de las encrucijadas,
Permanezcan en las entradas!
¡Gemelos del bosque, vuelvan a la floresta!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos del agua, vuelvan al agua!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos de casa, quédense en casa!
Váyanse, Gemelos
¡Gemelos de las encrucijadas,
Permanezcan en las entradas!
Cerca de las siete en punto, el hungán consagra los lugares arriba mencionados, que las entidades sobrenaturales gustan visitar, lo hacen con aspersiones de hojas de naranja sumergidas en agua bendita. Luego hace libaciones y lanza maíz al viento. Todo esto sucede al compás de los tambores y sólo recesa al dirigir el sacerdote a los presentes un breve responso, de corte protestante. Ahora él hace sonar la campanita y de inmediato sus asistentes tocan otros instrumentos y baten las banderas ceremoniales, lo cual constituye el saludo a los espíritus. Siguen canciones, algunas de evidente sesgo católico, y toques, hasta que la ceremonia da paso a la invocación a Legbá, venerado por su edad y carácter y que debe ser el primero en acudir a ella.
Otro tipo de celebración muy diferente a la anterior, es la siguiente: la familia que tiene gemelos, vivos o muertos, deberá ofrecerles un manye- marassá una vez al año, el Día de Reyes, el Sábado Santo o en Navidad. El sacrificio es el acostumbrado, con la única singularidad de que debajo del peristilo el número de platos de los Mellizos puede llegar a ser fácilmente cincuenta. Se depositan aquí la sangre de los sacrificios y las ofrendas de alimentos. Se sacrifican a los Marassá o Masa un chivo de pelo pardusco y gallina pintas. La distribución de la cena debe ser muy exquisita, porque, de cometerse algún desliz en ello, levantaría la furia de alguno de los miembros de esta grey tan susceptible. Algunos comen en un plato. Otros prefieren que la comida descanse sobre una hoja de plátano o sobre una estera. "No pueden tener a la vista cuchillos, tenedores o cucharas".
La comida de los Gemelos se termina con el mismo rito con el que a veces cierra la fiesta para los muertos. Los restos de las ofrendas son mezclados en una calabaza grande o perol de madera. Una hounsi da tres vueltas al peristilo. El recipiente que lleva sobre la cabeza y después de haberles preguntado si estaban contentos, lo deja a su glotonería. Ellos se echan sobre esta pitanza como vuelo de pájaro y se disputan el contenido. Se les ordena, sin embargo, no romper los huesos con los dientes.
Si la comida es preparada para gemelos vivos, éstos son naturalmente los primeros en comer y solamente cuando están saciados, se ofrecen los restos a los invitados: se les aclama y no se cesa de preguntarles si están satisfechos.
A los manyé-masá siempre se comienza con una ceremonia de cumplimiento destinada a los muertos, en especial dedicada al espíritu de algún difunto de la familia. En ella se sigue el formato de una misa espiritista, con la diferencia de que los rezos son realizados en créole y no siempre son los mismos. Pero no se mezclan alimentos algunos.
Los Mellizos haitianos se odian mutuamente, igual que aquellos denominados Géminis en el zodíaco, cuyo símbolo —dos pedazos de madera atados juntos—"es figurativo del irreductible conflicto de procesos mentales contradictorios". Asimismo están investidos de poderes sobrenaturales o excepcionales: se ofrecen numerosos ejemplos de su capacidad para realizar maleficios y encantamientos. En Cuba, a los orichas de origen yoruba conocidos como los Ibeji, y más popularmente como Jimaguas, hijos clandestinos de Ochún y Shangó, se les estima por sus excepcionales poderes mágicos. En este panteón religioso cubano, a las divinidades gemelas se les incluye entre aquellas que han quedado "en un segundo plano de relevancia" y se las caracteriza así: transculturados en San Cosme y San Damián son jimaguas; protegen a los niños, son niños ellos mismos, como hijos de Changó vencen fácilmente. Sus contiendas se desarrollan con artimañas infantiles y aguda picardía. Son glotones, amantes de golosinas y del vino de palma. Cometen travesuras de todo tipo. Obbatalá los consiente mucho. Se visten como su padre Changó, de blanco y rojo.
En los manyé-masá observados, se les ofrece una atención particular a los niños, en los que se ponen de manifiesto las evidentes analogías existentes entre ellos y los mencionados orichas. Las características de éstos se asemejan bastante a las de los Masa. Por último, observamos que, al final de la ceremonia que se va a describir, se lanzan restos del manyé u ofrenda en algunas direcciones del : bosque, con el objetivo de que coman de él los santos vodús, los espíritus ancestrales y demás seres sobrenaturales.
El manyé dedicado a los Masa, como son designados en Cuba los Gemelos, es una de las comidas ceremoniales más atractivas del vodú, tal vez por el lugar jerárquico tan elevado que ocupan estos santos y por la estimación que se les tiene. Esta ceremonia posee rasgos particulares que deben ser destacados.
El altar y la ofrenda
En la mañana del día de la "comida" principal, se dispone el altar en uno de los dormitorios de la casa de vivienda de la familia. A la entrada de la pieza se coloca en el suelo y justo en la esquina derecha un recipiente con agua.
Cuando uno accede a la habitación, se observan los componentes de la ofrenda próximos a las paredes de tablas y otros objetos litúrgicos.
A la izquierda, encima de unas hojas de plátano han sido colocados dos huevos, cacao, yuca y otras viandas y, a continuación en la misma dirección, maí mulé, arroz crudo, una planta cuyo nombre se desconoce y arroz con leche; a la derecha, un jibe cubierto con una tela blanca encima de la cual hay panes, café, leche, arroz con leche y otro recipiente cuyo contenido no se distingue, y, a continuación diversos dulces, como turrones de maní otra vez arroz con leche y al final algunas rebanadas de pan. Al lado izquierdo del jibe han depositado un pequeño recipiente con "agua bendita". Al igual que a ambos lados del improvisado y rústico altar, se destacan dos jarros grandes de aluminio con agua, aunque uno de éstos contiene, además, azúcar. En la parte superior del altar permanece encendida una vela.
Son las diez de la mañana. El hijo del hungán ordena que se levanten y lleven a la habitación a todos los niños. El resto de los familiares se coloca alrededor del altar y el sacerdote se sienta en su pequeño asiento frente a él. Los niños entran y salen con un margen muy grande de espontaneidad; el hungán, en ocasiones, les da dulces del canastillo.
El grito de ¡Abobó! que pronuncia el hijo del sacerdote marca el comienzo de la ceremonia. El coro le responde con otro ¡Abobó!. De ahora en adelante, como es habitual, se mantendrá esta estructura antifonal en el canto: el solista pone el primer canto.
La peurillé, pourlá'e' est bien
je demandéz pardó...
je demandéz pardó...
cuando el coro le responde, dice:
La peurillé, pour les Masá...
El joven, mientras canta, agita la maraca ritual (o assón), rítmicamente. Con ello se significa que es él quien conducirá la ceremonia.
En cuanto al aspecto musical, el único instrumento acompañante es la guataca, percutida con un tornillo (triyán). Uno de los hijos del hungán que toca este instrumento es quien, precisamente, "pondrá un canto" que da inicio al sacrificio.
En medio del canto el oficiante da órdenes de "bambulear" las aves. La mayor de las hijas del hungán les va arrancando a cada una de ellas las plumas, y las arroja al altar. Luego les da de comer y vuelve a bambolear los animales alrededor del altar. Mientras, el joven que conduce la ceremonia, corta los extremos de las yucas y hace con ellos un montoncito. El hungán reparte; los dulces entre todos los niños que lo rodean.
No se debe dejar de consignar algo muy significativo, al conjuro de los cantos y toques, y en general de la atmósfera creada, el joven sacerdote se ha convertido en la cabalgadura de un loa: en Criminel. Éste es quien ordena a todos ponerse de pie. Es evidente que el hungán también es poseído por otro loa , Lacuá, y es él quien ayuda a dar de comer a las aves, se las pasa por el cuerpo y danza con ellas. Luego se las pone en la cabeza y las sostiene allí verticalmente.
El oficiante más joven le hace una incisión en el cuello a un ave y derrama la sangre en una jigüera; luego le va dibujando una cruz en la frente a cada uno de los participantes con la sangre tomada del cuello del animal que hirió. Dibuja ese mismo símbolo en el horcón situado en la esquina del altar, al fondo. Finalmente, arrojan las aves sacrificadas encima de las hojas de plátano y el joven sacerdote esparce sobre ellas agua azucarada y café. La mambó vierte asimismo agua en el centro y los costados del altar, con esto se da paso a una de las partes de la ceremonia que requiere de una explicación ulterior:
la del "sacrificio de dinero".
El joven sacerdote está cantando una canción en tono triste que invoca la asistencia de loas que no se han presentado; le arranca lágrimas y entonces pide que reúnan a los niños. Surge la letra de otra canción:Lafamí bien piesa
Lafamí bien piesa
¡Oh, lafamí
c'est luá Masá...
Automáticamente cada uno de los miembros de la cofradía va depositando un billete con valor de un peso sobre las viandas y luego el dinero se echa en el altar. El joven oficiante clava el cuchillo del sacrificio en el suelo, justo frente al altar, mientras el viejo hungán canta una canción lúgubre, sumido como en un sueño meditativo. Se escucha un canto:
Ye dilá c'est Jamué
Ye dilá c 'est Jamué
c'est demain u tata
je dit u pad prend.
Evidentemente, el viejo hungán sirve de cabalgadura a los Masa, loas a los que se les ha realizado el servicio.
Éste incluye la confección de una sabrosa comida que debe ser servida en pedazos de yagua e ingerida sin usar cubiertos, es decir, empleando las manos u otros objetos que remplacen a aquellos. Este pasaje genera un ambiente festivo y de participación colectiva y tiene lugar en la tarde.
Sin embargo, hay un detalle muy significativo: hay una parte de la comida que se confecciona sin sal y ésa está destinada a "darle de comer a otros santos en el palo", mientras que parte de la que tiene sal se deposita en el altar. Finalmente, se repite en este manyé una operación frecuente en otras comidas: algunos miembros de la cofradía lanzan al monte fragmentos de los alimentos con la clara intención de que coman de ellos todos los espíritus.
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lunes, 4 de octubre de 2010
LUGARES DE CULTO
(Fuente desconocida)
EL SANTUARIO O CAYE-MYSTÉRE (CAI-MISTÉ)
EL SANTUARIO O CAYE-MYSTÉRE (CAI-MISTÉ)
Un practicante voduista puede haber llegado a adquirir la experiencia y condiciones exigidas para ejercer el oficio de modo independiente. En ese caso tiene que construir una casita (denominada en Haití caye-mystére (cai-misté) destinada exclusivamente a los loas, separada de su hogar. Para su confección se emplean diversos materiales. En las zonas rurales lo más común es que este templo, por lo general pequeño, tenga paredes de tablas de palma o se empleen yaguas y techo de guano, es decir, sea un bohío. En los centros de culto vodú existentes en áreas urbanas, estas "casas de los misterios" o de luases son construidas con una variedad mayor de materiales, que va de las paredes de tablas o de mampostería hasta el techo de zinc o de hormigón.
Es frecuente encontrar en las casas de vivienda de los haitianos y sus descendientes pequeños altares levantados en un lugar poco visible de un dormitorio; en ellos los inmigrantes, por lo general, colocan imágenes de santos católicos, arbustos y otros objetos propios del vodú. En el suelo de esa habitación, cuando se trata de un oficiante, pueden observarse también sobre una alfombra de saco de yute o, en la superficie del suelo, objetos tales como carreteles de hilo de coser, monedas fraccionarias, etc., y tal vez una mesita con otros objetos rituales.
Como la mayoría de los componentes de las religiones no tradicionales de base africana, la estructura de los centros de cultos voduistas puede ser simplemente la de un bohío independiente, casita anexa a la casa de vivienda principal del hungán o habitación en el interior de ésta. Sin embargo, dicha estructura puede ser algo más compleja. Veamos cómo se distribuye el espacio y con cuáles fines en este último caso:
1. Un primer espacio independiente de la habitación donde se coloca el altar y que está destinado a servir de despensa o almacén de los alimentos, bebidas, velas, etc., utilizados en la ceremonia.
2. Dormitorio del jefe de la despensa, encargado de administrar y suministrar la base material en ocasión de la realización de los manyé-luá.
3. Pequeña pieza con puerta de acceso, generalmente cerrada, que hace las veces de antesala de la pieza donde está instalado el altar.
4. Sigue a la anterior una segunda pieza, con otra puerta de acceso, en la que oficia el hungán y donde está emplazado el altar principal. Éste consiste en una mesa de madera encima de la cual se colocan las piedras o fundamento de los loas que posee el sacerdote, algunos recipientes y los atributos de los misterios entre otros objetos rituales. A un lado del primero, puede haber otro altar más pequeño cuyos componentes denuncian las creencias espiritistas o santeras de sus dueños. Este segundo altar es más bien bastante común entre los descendientes de haitianos y pertenece a éstos o a sus esposas. El espacio de esta habitación puede admitir incluso un lugar donde se depositan las ofrendas y otro donde se sitúan la orquesta y el coro durante las celebraciones festivas.
En los altares existe un plato con agua o bebida alcohólica donde permanecen sumergidas la o las piedras que representan a las divinidades voduistas. El líquido de este recipiente será renovado cada cierto tiempo. A propósito, nos informó un oficiante voduista que su papá trajo de Haití una pequeña piedra que se tragaba al mismo tiempo que ingería ron; después de tenerla cierto tiempo en el estómago, la "devolvía" al exterior, o sea, la vomitaba. Ahora nuestro informante la mantiene en su altar dentro de un recipiente con ron y rellena esta vasija cada vez que observa que su contenido se volatiliza. No debe faltar en el altar la botella con el conocido tifei.
A modo de ilustración, describiremos en sus elementos fundamentales un altar voduista visitado en ocasión de un manyé-loa que tuvo lugar en la comunidad haitiano-cubana de Pilón de Cauto, ubicada en el firme de la Sierra Maestra, y que pertenece al municipio de Palma Soriano. En la entrada y parte superior del templo "nos dan la bienvenida" varias calaveras de chivo. El altar ocupa el lugar central del hunfó y se aprecian en él los siguientes objetos: en su parte superior banderas rojas, blancas y negras; en orden descendente, cadenas colgadas; varios pomitos, o sea, pequeños frascos de vidrio que pensamos contengan perfume y otras sustancias; una botella gigantesca de las antiguas Pepsi-Cola familiar a la que se denomina por la bebida ritual que contiene butei-gasine; varias velas encendidas; machetes y cuchillos dispuestos según su orden ritual y en el piso de tierra apisonada, un plato con piedras chinas de río sumergidas en agua. También en la tierra, al pie del altar, han colocado varias fuentes con alimentos frescos (carne de chivo, ñame blanco y amarillo cocidos, diversos tipos de dulce de harina de los que normalmente venden en los establecimientos comerciales públicos). Por último, se aprecian cromolitografía de varios santos, como santa Bárbara, la virgen de la Caridad del Cobre y san Lázaro.
Pegado a la misma pared, y muy próximo al altar voduista, hay un altar muy pequeño, con otras cromolitografías e imágenes de bulto entre las que se destacan la de san Lázaro y la de santa Bárbara. Un informante nos atestiguó que este último altar pertenecía a la esposa del "dueño de la fiesta", es decir, del hungán, que es cubana.
Cuando penetramos en el recinto sagrado, el sacerdote estaba sentado en un taburete situado en uno de los extremo frontales del altar. En la tierra, justamente al pie de éste, había un caldero de hierro cuyo contenido no alcanzamos a distinguir por la oscuridad; además había un orificio de unos treinta o cuarenta centímetros de diámetro. Frente al altar y en los ángulos que hacen las paredes de la habitación, cavaron dos huecos grandes en los que recibían sus ofrendas un lúa diablo (Ibó-la-famí) y otro miembro de su grupo. En señal de alegría fuimos recibidos con el saludo ritual: nos dieron primero la mano derecha y luego la izquierda. Esta misma disposición de ánimo se materializó en un brindis con una de las bebidas rituales -el tifei-, aunque luego nos invitaron a beber aguardiente de caña, si lo deseábamos. Alguien nos dijo que a veces también allí se ofrecen astillas de maderas olorosas como muestra de amistad
LA ENRAMADA
La casa de vivienda y la casa de los misterios, esta última independiente o anexa a la primera, son construidas de modo que quede un amplio espacio a través del cual se comunican orgánicamente, como si integrasen un mismo conjunto. En ese espacio se levanta una construcción hecha en ocasión de
la realización de los manyé-loa o ceremonias de cumplimientos dedicadas a los loas. Como es lógico, hay variaciones en la manera de levantarlas o de
disponerlas, pero aun en los centros de culto voduista ubicados en áreas urbanas, éste es el lugar donde se desarrolla la parte fundamental del culto público del vodú: los toques e invocaciones destinadas a llamar a los espíritus, las danzas y la mayoría de los sacrificios rituales.
No necesariamente, la enramada o peristilo tiene que situarse anexa al hounfó, ni en ella se desarrollan todas las ceremonias vodú. Sí está muy cerca de él pero, generalmente, más bien anexa a la casa de vivienda principal. Se trata de un espacio rectangular techado con pencas de coco o de palma y abierto completamente por todos los lados. Según hemos podido verificar, no se emplean medidas precisas en ella ni tampoco existe una cantidad fija de hileras de palos para sostener la techumbre ni de los palos más finos que se entrecruzan para conformar ésta. En la generalidad de los casos, una vez concluidas las fiestas, se procede a desarmar la enramada, aunque conocemos casos en que el peristilo permanece en pie todo el año.
EL POSTE CENTRAL O POTEAU-MITÁN (POTÓ-MITÁN)
Es invariable que en el centro de la enramada se levante el poste central, "camino de los espíritus", y, como tal, objeto eminentemente sagrado. A su alrededor, en la tierra, se trazan los vévés, dibujos que simbolizan a los loas y que sirven para invocarlos. Según las creencias de los voduistas, es a través de este palo que descienden los loas para hacer posesión de sus caballos en el transcurso de los cultos en que se les invoca mediante cantos y toques de tambores.
En su parte superior se coloca el vaso preparado en el rito del "amarre de los cuatro caminos" y, un poco más abajo, las banderas con los colores simbólicos de las divinidades cuya presencia se reclama y, en ocasiones, los pañuelos que les identifican. También suelen recostarse a él los instrumentos musicales de una determinada batería —radá o petró—, el recipiente con los materiales empleados para trazar los vévés, calderos con centavos quemados o jícaras con otros ingredientes, todos estos, objetos que intervienen en el culto. Encima del dibujo simbólico trazado alrededor de su base depositan los animales que se sacrifican en las ceremonias, como parte de las ofrendas destinadas a los loas o espíritus.
OTROS LUGARES DE CULTO
Determinadas divinidades exigen que su manyé se les realice en el monte. Son los luases o espíritus que comen al pie del árbol en que ellos viven y allí se les realizan los ritos, que incluyen las invocaciones y depósitos de las ofrendas. Aunque están en medio del bosque, esos árboles, en ocasiones, conservan las evidencias de lugares de culto por los restos de alimentos o de
las velas que se colocan entre las raíces o en su base.
Por último, cabe mencionar las porterías, las encrucijadas o "cuatro caminos", el buá-la-famí y las corrientes de agua como lugares en los que se realizan actos mágico-religiosos.
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sábado, 18 de septiembre de 2010
CANDOMBLE: Mediumnidad
Tomado de:
[http://candombleargentina.wordpress.com/2008/08/10/odus-los-mensajes-de-los-orixas/]
Tratemos de definir que es la mediumnidad, que significado tiene en la vida humana y como se puede determinar.
Médium se refiere a un medio que comunica, a un puente, un lazo que une lo que ya conocemos en nuestro plano material y lo que estaría, de alguna forma, más alla de lo físicamente conocido por el hombre, en otra dimensión. Donde sabemos que existe algo, mal llamado triste final…
Es el encargado de traducir el mensaje, que desde el astral, nos llega en forma de consejo, sanidad, formación espiritual, etc. y de aplicarlo en las diferentes formas, que sólo un médium bien formado sabe como hacerlo.
Y si investigamos en la historia, vemos que la mediumnidad como conexión entre el mundo material y el espiritual, ha stado siempre presente. En cualquier cultura, civilización y época podemos tener claros vestigios sobre la comunicación con seres del más alla, como los egipcios, caldeos, celtas, griegos, sumerios, africanos, aztecas, hindúes, incas, etc.
Los esenios a través de La Cábala, en su antigua forma de espiritismo recibían una increíble información espiritual y profunda. Artur C. Doyle habla mucho de esto en sus estudios. Platon y Sócrates poseían hermeticos conocimientos sobre el mundo espiritual.
La mediumnidad, como canal divino transmite una energía de luz divina que ayuda a la buena evolución de la propia vida. El espíritu humano es nutrido por su amor, y la vida humana orientada al progreso, el conocimiento profundo de las cosas. El desenvolvimiento mediúmnico, estará intimamente relacionada a la evolución espiritual del individuo. Las características para poder identificar un médium, son variadas. Pero investiguemos un poco el porqué de esta condición en nuestra vida, como forma de ayuda, para la lenta evolución espiritual.
Podemos afirmar que toda mediumnidad es necesaria para una buena orientación humana, tanto en la vida física como espiritual. Y guiarnos en la multiplicidad de caminos, que conducen a la verdad. Honradamente utilizada, es una herramienta, un recurso, una facultad para transformar a quienes la poseen. Transformándolos asi en delicados instrumentos de la voluntad Divina, direccionando sus vidas hacia los secretos más profundos y sagrados. Y al poner en práctica sus “dones” cumplir y hacer cumplir el plan evolutivo, las Leyes Divinas. Lo que Olodumaré nos tiene reservado.
La mediumnidad, como puente de intercambio energético entre dos planos, no puede dejar afuera de su práctica, el peligro de una mal manejo de esas mismas energías. Existen seres de baja calidad espiritual, con muchas dificultades y resistencias a elevarse. Estos son concretos perturbadores de la correcta evolución y si la sintonía del médium no se ajusta correctamente, la influencia de estos seres, lo acompañará en un intercambio de fluídos para nada benefactores.
Por eso debemos prestar atención, a la evolución espiritual del Iniciado desde sus comienzos. En el Candomblé se cuida mucho, toda influéncia de egunes y exús para con la vida del médium, como en su entorno, su flía., morada, etc. Desde el comienzo se observa de cerca las energías que lo rodean, la que trae por herencia espiritual, etc. Creo que ninguno de nosotros estaría de acuerdo con que un Yawó, con todos los cuidados y recaudos tomados para tal fin; reciba en su cuerpo, una entidad que aconseje hacer cosas terribles para lograr cualquier fin….como se los suele ver en sitios y lugares con poco trabajo de desenvolvimiento y cuidados…escondiendo sabiduría y luz….que tal vez ni la tengan. Podemos decir, entonces, que una buena enseñanza de como desarrollar la mediumnidad espírita, es acompañar el crecimiento del médium, en sus dudas, temores, inseguridades, dándoles calma en la FE, conocimiento para tener la claridad y sapiencia necesaria, no infundir el temor de Dios, o de los Orixás, y de ninguna de las Divinidades o guías espirituales. Ser un buen médium es ser un canal de Luz, distribuyendola a quien la necesite.
Ya he visto, en el transcurso de los años, como se ha perdido la dedicación en formar un buen médium, Logrando, con esto, que desde los Sacerdotes hasta los hijos con cargos (de algunos templos), no sepan identificar egunes atrasados, haciéndose pasar por guías de luz….pidiéndonos más de lo que nos dan……Se supone que un Ser de luz, jamás va a exigir más de lo que puedes dar…..te orientará, te calmará y te ayudará haciendo rebosar tu copa junto a los tuyos y haciéndote desbordar de felicidad ante la misión bien cumplida.
Médium se refiere a un medio que comunica, a un puente, un lazo que une lo que ya conocemos en nuestro plano material y lo que estaría, de alguna forma, más alla de lo físicamente conocido por el hombre, en otra dimensión. Donde sabemos que existe algo, mal llamado triste final…
Es el encargado de traducir el mensaje, que desde el astral, nos llega en forma de consejo, sanidad, formación espiritual, etc. y de aplicarlo en las diferentes formas, que sólo un médium bien formado sabe como hacerlo.
Y si investigamos en la historia, vemos que la mediumnidad como conexión entre el mundo material y el espiritual, ha stado siempre presente. En cualquier cultura, civilización y época podemos tener claros vestigios sobre la comunicación con seres del más alla, como los egipcios, caldeos, celtas, griegos, sumerios, africanos, aztecas, hindúes, incas, etc.
Los esenios a través de La Cábala, en su antigua forma de espiritismo recibían una increíble información espiritual y profunda. Artur C. Doyle habla mucho de esto en sus estudios. Platon y Sócrates poseían hermeticos conocimientos sobre el mundo espiritual.
La mediumnidad, como canal divino transmite una energía de luz divina que ayuda a la buena evolución de la propia vida. El espíritu humano es nutrido por su amor, y la vida humana orientada al progreso, el conocimiento profundo de las cosas. El desenvolvimiento mediúmnico, estará intimamente relacionada a la evolución espiritual del individuo. Las características para poder identificar un médium, son variadas. Pero investiguemos un poco el porqué de esta condición en nuestra vida, como forma de ayuda, para la lenta evolución espiritual.
Podemos afirmar que toda mediumnidad es necesaria para una buena orientación humana, tanto en la vida física como espiritual. Y guiarnos en la multiplicidad de caminos, que conducen a la verdad. Honradamente utilizada, es una herramienta, un recurso, una facultad para transformar a quienes la poseen. Transformándolos asi en delicados instrumentos de la voluntad Divina, direccionando sus vidas hacia los secretos más profundos y sagrados. Y al poner en práctica sus “dones” cumplir y hacer cumplir el plan evolutivo, las Leyes Divinas. Lo que Olodumaré nos tiene reservado.
La mediumnidad, como puente de intercambio energético entre dos planos, no puede dejar afuera de su práctica, el peligro de una mal manejo de esas mismas energías. Existen seres de baja calidad espiritual, con muchas dificultades y resistencias a elevarse. Estos son concretos perturbadores de la correcta evolución y si la sintonía del médium no se ajusta correctamente, la influencia de estos seres, lo acompañará en un intercambio de fluídos para nada benefactores.
Por eso debemos prestar atención, a la evolución espiritual del Iniciado desde sus comienzos. En el Candomblé se cuida mucho, toda influéncia de egunes y exús para con la vida del médium, como en su entorno, su flía., morada, etc. Desde el comienzo se observa de cerca las energías que lo rodean, la que trae por herencia espiritual, etc. Creo que ninguno de nosotros estaría de acuerdo con que un Yawó, con todos los cuidados y recaudos tomados para tal fin; reciba en su cuerpo, una entidad que aconseje hacer cosas terribles para lograr cualquier fin….como se los suele ver en sitios y lugares con poco trabajo de desenvolvimiento y cuidados…escondiendo sabiduría y luz….que tal vez ni la tengan. Podemos decir, entonces, que una buena enseñanza de como desarrollar la mediumnidad espírita, es acompañar el crecimiento del médium, en sus dudas, temores, inseguridades, dándoles calma en la FE, conocimiento para tener la claridad y sapiencia necesaria, no infundir el temor de Dios, o de los Orixás, y de ninguna de las Divinidades o guías espirituales. Ser un buen médium es ser un canal de Luz, distribuyendola a quien la necesite.
Ya he visto, en el transcurso de los años, como se ha perdido la dedicación en formar un buen médium, Logrando, con esto, que desde los Sacerdotes hasta los hijos con cargos (de algunos templos), no sepan identificar egunes atrasados, haciéndose pasar por guías de luz….pidiéndonos más de lo que nos dan……Se supone que un Ser de luz, jamás va a exigir más de lo que puedes dar…..te orientará, te calmará y te ayudará haciendo rebosar tu copa junto a los tuyos y haciéndote desbordar de felicidad ante la misión bien cumplida.
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viernes, 3 de septiembre de 2010
UMBANDA: Ogum
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Legba kayo kayo
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martes, 17 de agosto de 2010
YEWA: Vodoun Wagbe
Se dice que cuando el atardecer se tiñe de rosado ella pasa sobre la Tierra.
Yewá (Ewá – Yeyê Wá – Wagbê)
El origen de este Vodun se encuentra en Dahomey, y sus primeras referencias concretas para la cultura occidental europea, datan del siglo XVIII, cuando tanto franceses como ingleses rescataron datos antropológicos y culturales de las tribus de esa parte de África.
Es un vodun femenino, de la familia del gran Vodun Dambirá(palabra usada entre los brasileños para Dambala). Aparece como hija de Toy Azonze y de Dambala; hermana de Bozalabé. Nace para ser el símbolo de la pureza y la belleza de los dioses dahomeanos. Desde su nacimiento a su faz adulta, Yewá es sostenida en el culto de Dan, donde representa la franja blanca del arco iris, que a la vez, comparte con Ojiku. De Dan es precisamente de quien recibe el poder de la videncia, la riqueza y de todos los corales marinos, a los que “pastorea” con su clásico arpón. Esta referencia a los corales, conocida la característica vital y orgánica de los mismos, es la que más tarde, cuando emigra con la guerras africanas hacia Nigeria, Níger y Sudán, es la que permite entender el por qué la cultura yoruba la inserta en la transformación de la materia orgánica, relacionándola con Omulú, Inhassã, Irokô, por tanto, los muertos y los cementerios. Su mítica y mística belleza física es autóctona del Dahomey y del culto al vodun, así como también su alegoría con la música, la danza, la alegría y, sobre todo, el canto. De todas formas, en la tierra yoruba sigue conservando algunos de esos valores, aunque la mayoría se esmera en adjudicarle lo taciturno, la soledad, la virginidad, el aislamiento, la tristeza, dada la relación mencionada que le fue impuesta culturalmente con los Orixá de la transformación orgánica, la muerte y el ciclo permanente de vida y muerte, sobre todo, de los seres humanos.Desde la mentalidad de los Ewé, pasa a ser cerradamente custodiada por los demás vodun, como símbolo de la virginidad y la pureza. Difícil desde esa perspectiva no apasionarse con Yewá, por el misteriosa y bellaza que la envuelve. Los castigos eran duros cuando no se respetaba el claustro de sus templos, siendo muchos penados y escarniados por los demás vodun, frente a cualquier falta hacia esta diosa.Representada en la puesta del sol, controlando el fenómeno visual y horario del día hacia la noche, custodiada por dos bravos guerreros que no permiten a nadie acercarse a ella en ese instante. Por ello, cada atardecer sus templos cerraban las puertas, y en algunos lugares no era prudente hacer música, cantar o danzar en el atardecer. Más tarde, con su migración hacia las tierras yoruba, no solo se pierde ese concepto, sino que hasta se revierte, siendo que, algunos ilé de Bahía, hasta hoy día, le rinden culto, encendiendo sus velas, cambiando sus aguas, y realizando todo tipo de atenciones de la rutina del culto al orixá, precisamente en el atardecer, para Yewá. A causa de esa misma migración desde Dahomey (hoy mayoritariamente en extensión geográfica, Benin), hacia el norte de Nigeria, es que cambia hasta sus colores. Una leyenda explica que sus dos guardaespaldas, vestidos de blanco inmaculado al igual que su protegida, como símbolo de la pureza, se descuidaron en un atardecer, y una gallina se acercó a la diosa, escarbando la tierra y ensuciando sus blancas vestiduras. Enfurecida, o mejor dicho, reaccionando frente al embate de la impureza, pasa a despreciar a las gallinas, transforma a sus dos guardianes –que simbólicamente eran dos gansos blancos, en dos cisnes negros, y cambia el color blanco de su ropa, por los del atardecer, rosado o anaranjado, y verde pálido. Siglos después, en Congo y Angola, adonde también habían llegado las influencias de vodun y orixá, se adapta el mito, mostrando que la creación de la gallina de cinco “dedos”, es obrada por Yewá, a partir del mito dahomeano y yoruba, de la gallina con los gansos luego cisnes.Incluso, la influencia Angola en Bahía, es la que medianamente impone el uso de velas de ambos colores –rosado y verde- como votivas del orixá Yewá.
La mítica que la involucra con Oxosse es también a causa de las migraciones del norte al sur, de Dahomey a Nigeria, donde los hombres emigran con sus vodun, para relacionarlos con los orixá, similar a lo que acontece con los dioses griegos emigrando hacia Sicilia, remontando la península itálica y dando parte de la forma final del panteón de dioses romanos; Zeus – Júpiter; Poseidón – Neptuno; etc.Sin dudas, las tribus que huían hacia el sur, se amparaban en la zona selvática del norte nigeriano, donde, naturalmente, Oxosse en uno de los principales orixá, entre los ketu y los nagó. Así como Oxosse protege a los fugitivos de esas guerras devastadoras, de donde surgen los primeros esclavos comercializados por los mismos africanos triunfadores y comprados a ellos por los europeos que los embarcaron hacia en Nuevo Mundo y también hacia Europa en menor cantidad, la saga de los vodun y de los orixá también se ve involucrada en el cambio cultural ineludible a que se vieron expuestos los hombres.Aquel Dan vodun que protegía a Yewá, pasa a ser reemplazado por Oxosse, y más tarde por Oxumaré, que resultaba ser más similar al Dan primigenio. Es fácil y común ver, en las paredes de algunos pocos barracones bahianos, pinturas, similares a las apreciadas en el noroeste africano, sobre la costa occidental atlántica, que representan indistintamente a la serpiente arqueada, el arco iris (a veces ambos en el mismo lugar) y la clásica pero muy moderna en ese caso, de la serpiente en círculo, que muerde su propia cola, como representación de Dan, Oxumaré, Bangbé, Béssem, expresados así según la raíz de los clanes familiares fundadores de esos barracones donde se encuentran los ile axé que rinden culto al orixá y al vodun, y a veces a ambos, con reservas notables, en ese último caso.
El rescate de Yewá por parte de su padre Azonze, en las florestas de Oxosse, muestra culturalmente el momento en que se reconocía la simbiosis entre los emigrantes dahomeanos y los autóctonos nigerianos, pasando a compartir una sociedad humana organizada y firme. Nótese, por ejemplo, el término Gege, asimilado como nación de las más importantes en la religión afro brasileña, que significa justamente desde la lengua yoruba: extranjero. Yewá es el vodun que más claramente expone con sus mitos y cambios de características dicha coyuntura histórica. Los dioses de la mano de los hombres, para luego los hombres ir de la mano de los dioses, hasta hoy.
Esa forma de mancomunar sociedades y culturas es una constante en la Historia Universal. Por ello, valga la leyenda, cuento y casi mito, que sigue a continuación, referente a Yewá, ya instalada en América del Sur, concretamente en Bahía, pero no la urbana de Salvador, sino la sertaneja, rural y agricultora.Aroni, o Arooni, más al norte Caipoora, más al sur, siempre dentro del nordeste brasileño, Sací Pereré, un duende o gnomo de la floresta, parte de la tradición amerindia pero también directamente relacionado y aceptado por el culto al orixá en esa zona – de allí la relación que se le adjudica con Ossain u Ossanha, al grado que al propio Ossain en algunos lugares se le representa con una pierna sola, en aparente semejanza con Aroni, que sí desde el vamos posee una sola con la que vive a los saltos en las florestas-, un día, al atardecer, estaba mirando hacia el cielo, y se maravilló del color rosado que éste presentaba, entre las primeras estrellas que comenzaban a verse. De pronto, le pareció que dos de ellas –alfa y beta de la Cruz del Sur (Cruzeiro do Sul), lo miraban.
Asombrado, llamó a Exu, para preguntarle que eran aquellas dos estrellas. Este Exu ya muy americanizado y al sur del Ecuador, le explicó que eran los ojos de Yewá (el orixá se había establecido con mitos y leyendas propias ya en el Sur). Agregando que el color rosado del atardecer era el vestido de la diosa africana.Con esos ojos es que ella ve todo lo que pasa en la tierra desde el cielo (eterna conjunción imprescindible del Aiye con el Orun).Aroni quiso subir al cielo para hablar con Yewá. Exu le explicó que eso era difícil, dado que ella es muy solitaria, esquiva, puesto que se le considera la Señora de los Misterios de la Vida. Y por eso, controla todo lo que es nuevo, o virgen; selvas y ríos aún no pisados por el hombre, mujeres púberes, huevos fecundados pero aún en el cuerpo de las aves. También dueña de la videncia. Por ella están amparados aquellos que tienen esa cualidad de “ver” el futuro.Quizás por eso es que también posee la franja blanca del arco iris, color que en la fotosíntesis no da acceso a los rayos de luz solar, a la inversa del negro que los absorbe todos.Atento a la explicación de Exu, cuando Aroni volvió a mirar al cielo, Yewá ya no estaba, pues el sol se había ocultado totalmente. Los dos amigos caminaron por el monte, hasta llegar a una laguna, donde, oh sorpresa, encontraron a Yewá, la nocturna, en la laguna.Pero cómo?, pregunto el duende: no era que estaba en el cielo y todo eso?.Pues también está en la tierra, respondió Exu, controlando otras funciones que le corresponden. La forma de vida que se encuentra en las aguas de las lagunas es tan particular, a diferencia de las aguas del mar y de los ríos, que a ella le competen.
No te asombres si además te digo que en algunos ríos, como el río Ewá, allá en África, también está ella, y se la nota en el sonido que hace el agua al correr por encima de los cantos rodados y rocas que afloran en la superficie. Ese sonido, es el canto de Yewá.Casi eufórico, el duende fue al encuentro de Yewá, sentándose a su lado, a conversar.Ella, vestida con ropas rojas de la noche y lunares amarillos de la luna, sostenía una calabaza, cubierta de paja.
Curioso, el espíritu de la floresta americana, preguntó por aquel artefacto, a lo que la hermosa diosa le respondió que en ella tenía guardados todos los misterios del mundo y de la vida.
Ni la piedra de cuarzo rosa ni las tres pulseras, una de oro, otra de plata y la tercera de cobre, que Exu regaló en ese instante a Yewá como forma de acercarse y participar en la charla, no fueron presentes suficientes para que la belleza le diese lugar, así que lo único que nos llegó a los hombres de ese encuentro, fue lo que escuchó Exu y fue dicho antes.
Cuando se alejaba Exu, llegó a escuchar también algo que decía la diosa, referente a su gusto por los animales de color negro, excepto, claro, las famosas gallinas. Ellas, de ningún color.
Pronto a amanecer el día nuevo, Yewá se irguió en todo su esplendor de belleza negra escultural, alta, delgada, misteriosa; abrazó al duende, y desapareció en las aguas de la laguna. Allí fue recién que éste pudo ver nuevamente a Alfa y Beta de la Cruz del Sur en el cielo sertanejo.
La armonía del vodun – orixá, estaba conjugada en el Sur. Los ojos de Yewá vigilando nuestra tierra. Rin ro!, o: Hin ho!, o: hin ro!, que fonéticamente es una expresión yoruba indicativa de asombro frente a la belleza, saludo popular para Yewá en el culto a orixá.
Numo.
El origen de este Vodun se encuentra en Dahomey, y sus primeras referencias concretas para la cultura occidental europea, datan del siglo XVIII, cuando tanto franceses como ingleses rescataron datos antropológicos y culturales de las tribus de esa parte de África.
Es un vodun femenino, de la familia del gran Vodun Dambirá(palabra usada entre los brasileños para Dambala). Aparece como hija de Toy Azonze y de Dambala; hermana de Bozalabé. Nace para ser el símbolo de la pureza y la belleza de los dioses dahomeanos. Desde su nacimiento a su faz adulta, Yewá es sostenida en el culto de Dan, donde representa la franja blanca del arco iris, que a la vez, comparte con Ojiku. De Dan es precisamente de quien recibe el poder de la videncia, la riqueza y de todos los corales marinos, a los que “pastorea” con su clásico arpón. Esta referencia a los corales, conocida la característica vital y orgánica de los mismos, es la que más tarde, cuando emigra con la guerras africanas hacia Nigeria, Níger y Sudán, es la que permite entender el por qué la cultura yoruba la inserta en la transformación de la materia orgánica, relacionándola con Omulú, Inhassã, Irokô, por tanto, los muertos y los cementerios. Su mítica y mística belleza física es autóctona del Dahomey y del culto al vodun, así como también su alegoría con la música, la danza, la alegría y, sobre todo, el canto. De todas formas, en la tierra yoruba sigue conservando algunos de esos valores, aunque la mayoría se esmera en adjudicarle lo taciturno, la soledad, la virginidad, el aislamiento, la tristeza, dada la relación mencionada que le fue impuesta culturalmente con los Orixá de la transformación orgánica, la muerte y el ciclo permanente de vida y muerte, sobre todo, de los seres humanos.Desde la mentalidad de los Ewé, pasa a ser cerradamente custodiada por los demás vodun, como símbolo de la virginidad y la pureza. Difícil desde esa perspectiva no apasionarse con Yewá, por el misteriosa y bellaza que la envuelve. Los castigos eran duros cuando no se respetaba el claustro de sus templos, siendo muchos penados y escarniados por los demás vodun, frente a cualquier falta hacia esta diosa.Representada en la puesta del sol, controlando el fenómeno visual y horario del día hacia la noche, custodiada por dos bravos guerreros que no permiten a nadie acercarse a ella en ese instante. Por ello, cada atardecer sus templos cerraban las puertas, y en algunos lugares no era prudente hacer música, cantar o danzar en el atardecer. Más tarde, con su migración hacia las tierras yoruba, no solo se pierde ese concepto, sino que hasta se revierte, siendo que, algunos ilé de Bahía, hasta hoy día, le rinden culto, encendiendo sus velas, cambiando sus aguas, y realizando todo tipo de atenciones de la rutina del culto al orixá, precisamente en el atardecer, para Yewá. A causa de esa misma migración desde Dahomey (hoy mayoritariamente en extensión geográfica, Benin), hacia el norte de Nigeria, es que cambia hasta sus colores. Una leyenda explica que sus dos guardaespaldas, vestidos de blanco inmaculado al igual que su protegida, como símbolo de la pureza, se descuidaron en un atardecer, y una gallina se acercó a la diosa, escarbando la tierra y ensuciando sus blancas vestiduras. Enfurecida, o mejor dicho, reaccionando frente al embate de la impureza, pasa a despreciar a las gallinas, transforma a sus dos guardianes –que simbólicamente eran dos gansos blancos, en dos cisnes negros, y cambia el color blanco de su ropa, por los del atardecer, rosado o anaranjado, y verde pálido. Siglos después, en Congo y Angola, adonde también habían llegado las influencias de vodun y orixá, se adapta el mito, mostrando que la creación de la gallina de cinco “dedos”, es obrada por Yewá, a partir del mito dahomeano y yoruba, de la gallina con los gansos luego cisnes.Incluso, la influencia Angola en Bahía, es la que medianamente impone el uso de velas de ambos colores –rosado y verde- como votivas del orixá Yewá.
La mítica que la involucra con Oxosse es también a causa de las migraciones del norte al sur, de Dahomey a Nigeria, donde los hombres emigran con sus vodun, para relacionarlos con los orixá, similar a lo que acontece con los dioses griegos emigrando hacia Sicilia, remontando la península itálica y dando parte de la forma final del panteón de dioses romanos; Zeus – Júpiter; Poseidón – Neptuno; etc.Sin dudas, las tribus que huían hacia el sur, se amparaban en la zona selvática del norte nigeriano, donde, naturalmente, Oxosse en uno de los principales orixá, entre los ketu y los nagó. Así como Oxosse protege a los fugitivos de esas guerras devastadoras, de donde surgen los primeros esclavos comercializados por los mismos africanos triunfadores y comprados a ellos por los europeos que los embarcaron hacia en Nuevo Mundo y también hacia Europa en menor cantidad, la saga de los vodun y de los orixá también se ve involucrada en el cambio cultural ineludible a que se vieron expuestos los hombres.Aquel Dan vodun que protegía a Yewá, pasa a ser reemplazado por Oxosse, y más tarde por Oxumaré, que resultaba ser más similar al Dan primigenio. Es fácil y común ver, en las paredes de algunos pocos barracones bahianos, pinturas, similares a las apreciadas en el noroeste africano, sobre la costa occidental atlántica, que representan indistintamente a la serpiente arqueada, el arco iris (a veces ambos en el mismo lugar) y la clásica pero muy moderna en ese caso, de la serpiente en círculo, que muerde su propia cola, como representación de Dan, Oxumaré, Bangbé, Béssem, expresados así según la raíz de los clanes familiares fundadores de esos barracones donde se encuentran los ile axé que rinden culto al orixá y al vodun, y a veces a ambos, con reservas notables, en ese último caso.
El rescate de Yewá por parte de su padre Azonze, en las florestas de Oxosse, muestra culturalmente el momento en que se reconocía la simbiosis entre los emigrantes dahomeanos y los autóctonos nigerianos, pasando a compartir una sociedad humana organizada y firme. Nótese, por ejemplo, el término Gege, asimilado como nación de las más importantes en la religión afro brasileña, que significa justamente desde la lengua yoruba: extranjero. Yewá es el vodun que más claramente expone con sus mitos y cambios de características dicha coyuntura histórica. Los dioses de la mano de los hombres, para luego los hombres ir de la mano de los dioses, hasta hoy.
Esa forma de mancomunar sociedades y culturas es una constante en la Historia Universal. Por ello, valga la leyenda, cuento y casi mito, que sigue a continuación, referente a Yewá, ya instalada en América del Sur, concretamente en Bahía, pero no la urbana de Salvador, sino la sertaneja, rural y agricultora.Aroni, o Arooni, más al norte Caipoora, más al sur, siempre dentro del nordeste brasileño, Sací Pereré, un duende o gnomo de la floresta, parte de la tradición amerindia pero también directamente relacionado y aceptado por el culto al orixá en esa zona – de allí la relación que se le adjudica con Ossain u Ossanha, al grado que al propio Ossain en algunos lugares se le representa con una pierna sola, en aparente semejanza con Aroni, que sí desde el vamos posee una sola con la que vive a los saltos en las florestas-, un día, al atardecer, estaba mirando hacia el cielo, y se maravilló del color rosado que éste presentaba, entre las primeras estrellas que comenzaban a verse. De pronto, le pareció que dos de ellas –alfa y beta de la Cruz del Sur (Cruzeiro do Sul), lo miraban.
Asombrado, llamó a Exu, para preguntarle que eran aquellas dos estrellas. Este Exu ya muy americanizado y al sur del Ecuador, le explicó que eran los ojos de Yewá (el orixá se había establecido con mitos y leyendas propias ya en el Sur). Agregando que el color rosado del atardecer era el vestido de la diosa africana.Con esos ojos es que ella ve todo lo que pasa en la tierra desde el cielo (eterna conjunción imprescindible del Aiye con el Orun).Aroni quiso subir al cielo para hablar con Yewá. Exu le explicó que eso era difícil, dado que ella es muy solitaria, esquiva, puesto que se le considera la Señora de los Misterios de la Vida. Y por eso, controla todo lo que es nuevo, o virgen; selvas y ríos aún no pisados por el hombre, mujeres púberes, huevos fecundados pero aún en el cuerpo de las aves. También dueña de la videncia. Por ella están amparados aquellos que tienen esa cualidad de “ver” el futuro.Quizás por eso es que también posee la franja blanca del arco iris, color que en la fotosíntesis no da acceso a los rayos de luz solar, a la inversa del negro que los absorbe todos.Atento a la explicación de Exu, cuando Aroni volvió a mirar al cielo, Yewá ya no estaba, pues el sol se había ocultado totalmente. Los dos amigos caminaron por el monte, hasta llegar a una laguna, donde, oh sorpresa, encontraron a Yewá, la nocturna, en la laguna.Pero cómo?, pregunto el duende: no era que estaba en el cielo y todo eso?.Pues también está en la tierra, respondió Exu, controlando otras funciones que le corresponden. La forma de vida que se encuentra en las aguas de las lagunas es tan particular, a diferencia de las aguas del mar y de los ríos, que a ella le competen.
No te asombres si además te digo que en algunos ríos, como el río Ewá, allá en África, también está ella, y se la nota en el sonido que hace el agua al correr por encima de los cantos rodados y rocas que afloran en la superficie. Ese sonido, es el canto de Yewá.Casi eufórico, el duende fue al encuentro de Yewá, sentándose a su lado, a conversar.Ella, vestida con ropas rojas de la noche y lunares amarillos de la luna, sostenía una calabaza, cubierta de paja.
Curioso, el espíritu de la floresta americana, preguntó por aquel artefacto, a lo que la hermosa diosa le respondió que en ella tenía guardados todos los misterios del mundo y de la vida.
Ni la piedra de cuarzo rosa ni las tres pulseras, una de oro, otra de plata y la tercera de cobre, que Exu regaló en ese instante a Yewá como forma de acercarse y participar en la charla, no fueron presentes suficientes para que la belleza le diese lugar, así que lo único que nos llegó a los hombres de ese encuentro, fue lo que escuchó Exu y fue dicho antes.
Cuando se alejaba Exu, llegó a escuchar también algo que decía la diosa, referente a su gusto por los animales de color negro, excepto, claro, las famosas gallinas. Ellas, de ningún color.
Pronto a amanecer el día nuevo, Yewá se irguió en todo su esplendor de belleza negra escultural, alta, delgada, misteriosa; abrazó al duende, y desapareció en las aguas de la laguna. Allí fue recién que éste pudo ver nuevamente a Alfa y Beta de la Cruz del Sur en el cielo sertanejo.
La armonía del vodun – orixá, estaba conjugada en el Sur. Los ojos de Yewá vigilando nuestra tierra. Rin ro!, o: Hin ho!, o: hin ro!, que fonéticamente es una expresión yoruba indicativa de asombro frente a la belleza, saludo popular para Yewá en el culto a orixá.
Numo.
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