martes, 19 de abril de 2011

LOAS DE LOS CAMINOS Y LAS ENTRADAS

LUASES DE LOS CAMINOS Y ENTRADAS


LEGBA

"En África, Legbá es un dios fálico y joven. En Haití es una persona senil de barba blanca. Se le invoca para que abra las puertas. Recibe la primera plegaria en las ceremonias". Tiene figura muy parecida a la de san Lázaro: cojea como éste y lleva una especie de muletica en la que se apoya para caminar. Su ropa es raída, muy usada, con la que demuestra sus trabajos como misionero, porque "su misión es muy dura". Puede tomar picante y frotarse con él los ojos. Una sacerdotisa, afirma que Legbá "existía, pero al dar la caída se convirtió en luá, por lo que su comida desde entonces siempre se ha preparado así: asada". En su manyé se incluye pollo invariablemente y, en algunos lugares, chivo, ambos de color negro, además de siete tipos de viandas.
Lo significativo que recibe de la ofrenda animal son las plumas, la cabeza y las tripas que son lanzadas al fuego de la hoguera, con lo que se hace saber que se entregó todo lo que le pertenece. Esa hoguera será encendida en la portería o entrada principal que dé acceso a la vivienda del dueño de la fiesta.
Debajo de la enramada permanece encendida una vela y en ella se sitúa inicialmente la orquesta. Luego la hoguera se rocía con agua azucarada, además se avivan las llamas con aguardiente. Poco después es encendida otra vela que se coloca al pie del fuego, levantada y puesta en el camino que desemboca en la portería.
Ésta es una ceremonia indispensable para el desarrollo del conjunto de ritos que se realizarán en cumplimiento de los demás santos y fuerzas sobrenaturales. Su función consiste en llamarlos, atraerlos y darles la bienvenida para que se presenten en la fiesta que se les ha organizado.
Con la carne de los animales y las viandas asadas —más pedacitos de bombón—se prepara una especie de pudín en una jigüera al que se le añade mucho picante y se reparte entre todos los concurrentes a la ceremonia.
Confirmando su preeminencia, un sacerdote nos atestiguó que Legbá es "el jefe de todos los santos; hay que hacerle la comida primero a él, antes que a los demás".
LUÁ CHEMIN
Luá de los caminos reales. "Trabaja", da caridad. En su manyé se emplean diversas carnes, como la de cerdo para hacer una especie de ajiaco al que se añade todo tipo de viandas, menos la calabaza. Esta última no puede depositársele tampoco en su altar.


LUÁ CALFÚ
Lúa Calfú es el de los cuatro caminos. "Se le prepara su comida en cualquier lugar, pero siempre su altar tiene que situarse en un rincón pegado a la pared".

LENTÓ

Se conoce que trabaja sólo una vez al año. Habita en el marco de la puerta de acceso a la casa de vivienda, donde ejerce una especie de "protección" a sus moradores.

COLÉ-CORD
El nombre que ofrecemos corresponde a una pronunciación figurada nuestra, a partir de la información. Ellos nos atestiguan que el significado que más se le aproxima es el de "nudo" o amarre, situado a la entrada de una casa.
Es evidente que se trata -como en el caso de Lentó- de una expresión más de la brujería que circunda siempre al vodú. Las encrucijadas y caminos son "lugares encantados por los malos espíritus" y todas las entradas deben ser reforzadas para desbaratar los maleficios o daños dirigidos contra alguna familia. Con este santo se amarra.

OTROS VODOUNS

GRAN BUÁ
Se le considera el dueño del monte y, como tal, debe pedírsele permiso para realizar en él cualquier acto. Como Criminel y Togó, pertenece a la clase de luases a los que hay que darle su manyé luá en "el centro de Guinea", es decir, en lo profundo del bosque. Se distingue por su carácter hosco y huraño: al comer "no mira a nadie". "Es malo siete veces", lo que lo sitúa —igual que a los dos santos antes mencionados—en el grupo de los loas diablos. Su poder resolutivo es excepcional: lo que no resuelve él, muy pocos santos Io pueden resolver. Muy vinculado en Haití a la actividad de hechicería terapéutica, como la preparación de los polvos mágicos con que trabajan los hunganes, y las curas. En cuanto hace su aparición "coge palo", es decir, necesita ponerse en contacto con la vegetación, en particular con los gajos de los árboles de los cuales se cuelga con gran eficacia: aquí se le conoce como el "señor de la horquetas". Mientras se desplaza, hace mucho ruido. Se le ofrenda un macho entero o verraco, que debe enterrársele en un hueco cavado al pie del árbol donde habita.

CRIMINEL
El color simbólico de Criminel es el rojo: símbolo también de su gusto por la violencia. En efecto, haciendo honor a su nombre, tiene una marcada predilección por los derramamientos de sangre .Tiene fama de bebedor incansable, fuma mucho y blande casi siempre un machete, con el cual realiza espectaculares juegos. Tiene porte de hombre decidido y brusco y, al hacer acto de posesión, se sube las piernas del pantalón a la altura de las rodillas. Vive en los árboles, por los cuales siente una especial predilección.
Sus poderes descomunales lo pueden llevar a revolcarse en el fuego de una hoguera o a introducir en ella a otra persona sin que ésta sufra lesiones. Cuando se encoleriza, puede ingerir aguardiente con picante (kimanga), frotarse picante en el rostro o agredir con él a terceras personas.

TOGÓ
Se le conoce como el "carnicero" por su predilección y uso de las armas blancas —por excelencia el cuchillo y el machete—. Al posesionarse de un caballo, lo hace con fuerza descomunal y con fuertes ruidos. Se afirma que despliega tanta fuerza que rompería una cadena, si lo ataran con ella. Es muy solicitado en el momento del sacrificio de animales, por la gran destreza y precisión que despliega en ese acto. Hay que tener extremo cuidado cuando Togó participa en estas ejecuciones cruentas, porque con mucha frecuencia hunde el arma en su abdomen.
Sus colores simbólicos son el rojo y el negro.



SENCHÉ
A pesar de que se afirman que es hijo de Cemiché —que vive en el cementerio—, por sus rasgos y atributos personales se le considera otro miembro de la familia de los Ogún. Quizás su nombre sea una derivación de Ogún saint Jean o de saint Michel Arcángel, quien se presenta en una ceremonia y se le proporciona un huevo o una copa de agua para calmarlo.
Su manyé luá no tiene fecha fija en el calendario litúrgico, como el de otros luases. Se le arma una mesita en el suelo, al pie del poste central de la enramada o tonell. Se le cubre con hojas de jobo y encima de ellas son colocados los alimentos (dulces, licor, etc.) El primer día tenía lugar la ceremonia en que Zombi le sacrificaba un cerdo y pollos; al siguiente, el propio Senché sacrificaba una parte de los chivos y Zombi la otra, en una especie de segunda parte de la misma fiesta.
Viste un pantalón azul de brillo y una camisa roja, con una pieza terciada con estos dos colores, igual que los propios de un general. También lleva charreteras en azul y rojo. Se distingue por el brillo que irradia su vestuario. Al posesionarse de alguien, "llega formal, conversa muy bien, aunque se le nota un poco tristón, porque dice que los mejores obsequios se le entregaron a su compañero de actuación: Yudón".

YODÓN O YUDÓN
Es un "santo [vodú] de labor": no trabaja, sino que su función principal consiste en guiar a los demás santos. Cuando se presenta, les pregunta qué trabajo están haciendo los demás luases e imparte indicaciones. Se le considera como el cabecilla de los santos de labor o de fuerza. Al "llegar" a una fiesta puede consultar y se le pueden ofrecer obsequios.
Su manyé consiste en una inmensa tortilla con 21 huevos, arroz blanco, licor dulce, vino tinto o seco pero endulzado. Se le sacrifican, además, un par de palomas blancas únicamente. Vive en el agua; sus prendas hay que tenerlas sumergidas en una tinaja con agua. Entre ellas se distingue un collar blanco.
Se trata de un santo blanco. Hay quien afirma que es hermano de Senché: ambos comen de un mismo plato y participan en el mismo manyé, es decir, comparten la tortilla aludida. Los dos son generales. Yodón se distingue de Senché en que "llega" muy risueño.
Su vestuario es enteramente blanco. Porta una gorra de plato, con su "copa" encima. A su paso, se derrama mucho perfume.
Firma una especie de "pase" antes de empezar la fiesta y emplea para hacerlo un lápiz bicolor (azul y rojo). Luego moja los dedos en una tapita y hace como si estampara un cuño con ellos. Después hace una cruz y ese papel queda como constancia de que él ha pasado para autorizar la ceremonia.

OGUN

LA FAMILIA DE LOS OGÚN




Los miembros de esta familia se caracterizan por su porte marcial y porque eligen como lugar de residencia el bosque. Existen diecisiete ogunes y todos visten y comen igual. En general, cuando hacen acto de posesión en un caballo, "llegan serenos, se muestran cordiales y les gusta conversar". A menos que haya problemas graves, no emplean la violencia gratuitamente.
Junto con los luases lbó, beben la sangre directamente de la herida del animal que se les sacrifica. Gustan de la bebida y del tabaco. No obstante, hay integrantes de este grupo que rompen con los rasgos caracterológicos aportados. Veamos en detalle la personificación de los más relevantes:


OGÚN DEL MONTE
Viste camisa roja —aunque en ella se observan motivos en negro— y pantalón azul marino. Sus atributos son un machete y una botella de aguardiente de caña, su bebida preferida. Los animales que se le sacrifican son el chivo y el pollo colorados. En su manyé lúa se incluye todo tipo de viandas. Los colores simbólicos son el rojo y el negro; en Cuba, son el morado y el verde y Belié Belcán porta un traje verde con adornos en rojo.

OGÚN BATALÁ
Éste es el esposo de Ercilí; viste igual que ella —es decir, completamente de blanco— y no ingiere bebidas alcohólicas, rechazadas por la santa. Esta última característica sólo la tiene Ogún Blanco, en Haití. Este santo vodú participa en el serví-luá dedicado a Ercilí, donde come la misma comida que ella. Se afirma que no es otro que Ogún Guerrero y se le representa con una espada en la mano y una gorra de plato.
OGÚN GUERRERO
Se le representa según la popular cromolitografía de Santiago Apóstol o de san Jacobo el Mayor, con una gorra colorada en la cabeza y una espada en la mano. Se dice que es la verdadera pareja de Ercilí, por lo que habría entonces que identificarlo con el san Jacobo el Mayor.

OGÚN DEL RÍO
Es un santo acuático, como su nombre lo indica. Su elemento distintivo es el agua dulce. Cuando se posesiona de su caballo lo prímero que pide es un vaso de ese líquido. Como a Ogún Balendjó, debe echársele mucha agua encima, no importa que esté empapado. Su iniciación no tiene que hacerse necesariamente en un río, pero sí deben emplearse en ella como prendas, piedras de él que son bautizadas en nombre de la divinidad para hacerle reconocer que ya no vivirá más en el agua, sino que se trasladará a otro lugar de residencia. Esas piedras son colocadas en un plato que se sumerge en la corriente. Luego ellas permanecen colocadas en una palanganita blanca sin usar, que se llena periódicamente con agua clara y limpia.

OGÚN CHAL
Se diferencia del resto de los ogunes por sus cualidades cleptómanas. Roba para compartir lo sustraído con sus hermanos.

OGÚN BUÁ
Es Ogún del Monte