miércoles, 6 de octubre de 2010

VUDU EN CUBA: LOAS DEL AGUA








(FUENTE DESCONOCIDA)





Aunque a primera vista parezca que en vodú existe un debilitamiento en el culto a la serpiente proveniente de los antiguos whydah del Dahomey, en las prácticas voduistas observadas se aprecia un número considerable de loas con rasgos que denuncian el poderío de ese culto. Se atestiguan que Gran Búa al desplazarse silba y hay varios santos que se cuelgan de las ramas de los árboles o que se arrastran por el suelo como si fuesen un ofidio.
Nunca se usa una serpiente viva en las prácticas voduistas. Entre los espíritus acuáticos se ponen de manifiesto los aludidos rasgos, a veces sutilmente.


ZAÚ PEMBÁ
Al presentarse, se echa al suelo y de inmediato hay que echarle mucha agua a su paso. Él prácticamente se arrastra por el fango, al tiempo que "canta". Ingiere grandes cantidades de bebidas alcohólicas, lo que hace por botellas, de un solo sorbo. Así es como realiza su trabajo: al brindar, se dirige a los interlocutores para decirles francamente: "Yo no tengo amigos, no me relaciono con nadie". Desaparece de la vista pública y se introduce en el río, donde es difícil de hallar, allí puede pasarse días enteros y reaparecer nadando. Es invocado a las doce de la noche. Como nunca existen condiciones para darle su manyé, él envía un miembro de su corte. Parece estar dotado de poderes prominentes en el orden de una inteligencia ordenadora, basado en la cual organiza y dirige las curaciones.

DAMBALLAH
Algunas veces se presenta como hombre y, otras, como mujer. Cuando lo hace como santo, se dice que es el rey de los santos guerreros, Criminel o Togó, En su segunda variante, aparece como una santa vestida de blanco que pide, en vez de ron, agua de azúcar.
Su alimento característico es el maíz tostado y las comidas blancas. Entra cantando tranquilamente, se muestra muy contenta con todo el mundo y santigua a los concurrentes.
Cuando Damballah silba no cobra por el trabajo que realiza. En su ofrenda se incluyen chivos de pelambre amarillo, ( giro) o colorado y viandas de todos los tipos .

CULÉV

Su ceremonia se realiza en el río. Los animales que se le sacrifican son los curieles, los cuales se introducen en una lata de donde son extraídos para matarlos con un cuchillo. Un poco de su sangre se echa en un frasco y se mezcla con perfume para el uso de los hijos del altar. También come fruta de pan. Es un santo que según los informantes fue traído de Haití.





SIMBÍ
En Haití se le considera el guardián de las fuentes y los mares. Simbí come en el río. Allí se le debe realizar su servicio. En su manyé se incluyen una pareja de pollos pintos y viandas (yuca, plátano, malanga, etc:) y un poquito de arroz blanco.







LA SIRENA Y LA BALLENA DE MAR
La Sirena y la Ballena son dos divinidades marinas tan estrechamente unidas que se les venera juntas y se les celebra con el mismo canto. Unos dicen que la Ballena es la madre de la Sirena, otros que ella es su marido y, en fin, otros que esos dos nombres se aplican a una sola y misma divinidad. Se representa a la Sirena conformé a la tradición europea, pero cuando ella aparece en el santuario, la persona que es poseída por ella es solamente una mujer joven, coqueta, muy cuidadosa de su tocado .
En una reciente investigación realizada en la República Popular de Angola, constatamos un fuerte culto a la sirena -representada convencionalmente de la forma antes mencionada- de origen kikongo. Los informantes de las comunidades haitianas aseguran que esta divinidad es un santo blanco, hombre, que vive en el mar.

ERCILÍ O SANTA CECILIA
En Haití existen dos Ercilí principales: Ercilí Dobá o Dogbá que es uno de los grandes luases del país, símbolo de la pureza, y Ercilí Fredá o Ercilí Freda Daromain que, como la anterior, se le identifica con la virgen María.
Todas las demás divinidades son consideradas como hermanas de la primera, en cuya ceremonia se realizan aspersiones en la tierra y el aire con perfume. Por sus veleidades y sensualidad sin embargo, se le considera como una especie de Afrodita antillana, con lo cual se le asemeja a la Ochún cubana , "diosa del amor sexual y patrona de Cuba”.
Pero si el color simbólico de ésta es el amarillo, el de Ercilí es el blanco: se trata de un espíritu marino que se desgajó de su cuerpo acuático para devenir en signo cultural de alcance más vasto. Hay que consignar que, como ocurre con otros luases hay otras Ercilí que se le contraponen en cuanto a rasgos caracterológicos.
En Republica Dominicana, esta divinidad recibe el nombre de Metré Silí y tiene gran renombre. Posee muchos de los trazos de la divinidad haitiana :es muy débil a los perfumes, a las prendas y a los trajes lujosos y caros. Odia la bebida y se deja arrastrar por la atracción masculina.
Esta misma divinidad, en punto petró. es "la única metresa que se presta para recoger corrientes malas cuando utiliza flores amarillas o de sol".
Se han podido registrar dos tipos de Ercilí : una, de claro sello rada y otra, que bien puede equipararse con la Ercilí-Yeux-Rouges (Erzulie Ojos Rojos), de tipo petró. La primera va enteramente de blanco, detesta las bebidas alcohólicas y delante de su vista no pueden realizarse sacrificios cruentos: además tiene como pareja a Ogún Bátala u Ogún Guerrero, en su manyé lúa se incluyen palomas blancas, cake y bebidas dulces, entre otros alimentos. A despecho de esta primera clase de Ercilí localizada en las montañas de la Sierra Maestra, en la provincia de Las Tunas se constata un culto a la Ercilí roja: en su ceremonia se producen sacrificios de animales y su caballo viste con este color.

No hay comentarios:

Publicar un comentario